lunes, 25 de julio de 2016

FINO AL GIRO

No quiero entrar en la fase del cheking sin dejar la última entrada que cierre este viaje sin maleta y que siempre recordaré como el inicio del embarque a Sicilia mes y pico antes de picar el billete. Cuando a la vuelta la isla se quede en las fotos y en los recuerdos, no podré desatar de la experiencia viajera estos ratos de julio que he pasado con la vista entre el teclado y la pantalla sobrevolando el destino sin guía, sin planificación previa y sin escalas previstas que solo al rematar esta colección puedo decir que han sido siete. 

La satisfacción y la gratitud que me llevo con la elaboración de este periplo previo y en solitario nunca se podría comparar con las experiencias de viajes que se comparten en las redes sociales y foros al recalar en la vuelta para exaltar o desdeñar lo visto o lo vivido en el destino, recomendar o desaconsejar propuestas de las guías de viaje, alojamientos o servicios, ni me mostraría más a mí misma compartiendo una ristra de fotos en los lugares visitados que por estas revelaciones que he ido dejando escritas descubriendo y horadando en la información hasta hacerla mía en cada texto. 

Ninguno de los pocos que nos hemos reunido para embarcar somos turistas agonías de horarios y rutas, por eso somos conscientes de que se nos quedarán muchas cosas por ver en la isla. Pues lo mismo ha pasado en Rodmania, absolutamente liberada de la fatiga de absorber tantos nombres, patrimonio o historias de Sicilia que podrían haber sido motivo de esta colección de entradas y que si no lo han sido es porque no se mostraron en el "chas" primero, en la irremplazable seducción espontánea que se deja llevar sin orientación previa. 

Pero al menos nombrarlos para que consten a vuela pluma aceptando la invitación de tratar a algunos en otro momento: Arquímedes de Siracusa, Empédocles de Arigento, Píndaro y Teócrito, Giuseppe Tomasi di Lampedusa, Luigi Pirandello; los libros de viaje de Stendhal y Goethe en los que Sicilia se escribe con la admiración de la maestría literaria; las pinturas que la isla inspiró a Caravaggio y Van Diyck. El Etna con sus erupciones mitología de Polifemo  y las históricas de destrucciones y reconstrucciones que han marcado a la isla y a sus habitantes. La Sicilia escenario de películas tan importantes que se considera como "Isla de cine" y que en nuestro imaginario exista un lugar por el que ya transitamos. Muchos nos brindaron ese viaje cinéfilo por las localizaciones, historias y personajes. Verdaderamente hemos recorrido las plazas, calles y playas de las pequeñas localidades sicilianas en las que Tornatore rueda su Cimema Paradiso; por Rossellini ascendimos al volcán y sentimos la asfixia de las fumarolas  en la desesperada huida de Ingrid Bergman en Stromboli; y por Visconti compartimos su dicotomía radical de los dramas de clase, en Aci Trezza la del comunista que se proyecta en ese joven pescador inconformista dispuesto a enfrentarse a la explotación y al inmovilismo conformista de sus paisanos para  La terra trema, y en la Villa Boscogrande y El Palazzo Valguarnera-Gangi en la Piazza Croce dei VesprieVisconti saca a relucir su cuna con el sentimiento que recorre  la lágrima el rostro de Burt Lancaster, el de la nostalgia y la decadencia del príncipe de Salina que se apodera ante el espejo del paso del tiempo y de la exultante plenitud de Cardinale y Delon en el vals del salón del palacio: Il Gattopardo. La Sicilia de El Padrino, que precisamente no se localiza en Corleone, Coppola encuentra en Forza d´Agro y Sauvoca, pueblos muy cerca de Taormina, los escenarios a los que vuelve don Vito de vacaciones o a casar a su hijo. Etc, etc...

Dejo para otra ocasión hablar de la voz que se quedó en la isla para cantar a los otros pobres y a los miserables, a los que no se atrevieron a hacer l´Amércia para hacer L´Sicilia, la de una mujer que he conocido en este recorrido, la de Rosa Balistreti, sin dejar de mencionar la de Salvatore Adamo que se crió como hijo de emigrantes sicilianos en Bélgica y cantó a los jóvenes de los 60 que bailaban con las manos en la cintura y pedían mechones de pelo a las chicas como recuerdo de un amor. Tampoco hubo tiempo para el compositor de Catania, Vincenzo Bellini y sus óperas. Etc, etc, etc...

Y de entre tantos, el elegido para despedir este recorrido ha sido un natural de Catania, Franco Battiato; como siempre escuché con tanta devoción y deseos de entender sus letras, quizás me haya tomado al pie de la letra esa canción sobre un poema de su colaborador  Manlio Sgalambro que dice: 




Battiato se nos presentó en los 80 con unos álbumes en español en los que recopilaba los temas que ya habían sido éxito en Italia. Buceábamos por sus letras poéticas, nihilistas, apocalípticas, pacifistas, físicas y metafísicas y las terminábamos cantando y bailando las hubiéramos entendido o no, compartidos o no sus cúmulos de contradicciones.  Y en este verano  en el que ya abandoné la búsqueda del centro de gravedad permanente para que no varíe más lo que pienso de las cosas y de la gente porque es un imposible la posición y el eje unívoco en la mayoría de las cosas y gentes; en el que he convivido con esa Povera Patria que canta Battiato; cuando se piensa y se vive el amor como en esas Estaciones espacio-temporales o como ese sentimiento popular que nace de mecánicas divinas; cuando ya Rodmania es ya un ángulo nómada de la tranquilidad entre la monotonía de los días que pasan; me recuentro con Franco Battiato aceptando la invitación por partida doble: la del viaje a ese lugar que tanto se parece a mí y la de la danza por todos los ritmos tribales y orquestales, haciéndome dos preguntas:


¿Hubiera sido esta canción hoy un trending topic y tendría posibilidad este vídeo? 

¿En qué puerto ondea la bandera blanca?  




¡ARRIVEDERCI!


martes, 19 de julio de 2016

SICILIA, LA CUNA DEL TEMPLO DE CATORCE COLUMNAS: EL SONETO

Se asegura que Sicilia tiene el honor de mostrar la mejor colección de templos griegos levantados durante la época de dominio heleno que situó a la isla como cabeza de cultura y comercio en el Mediterráneo. El legado se rastrea por todas las que fueron grandes ciudades-estados y así, desde Segesta, Selinunte, Taormina, Siracusa hasta El Valle de los Templos de Agrigento se recorre la ruta de los templos mejores conservados cuya arquitectura siempre se identifican con el dominio del orden dórico. 


Segesta. Templo dórico (h.426 a.c)

Agrigento. Valle de los Templos.

Pero no son estos templos los protagonistas de esta entrada, lo es ese templo de la poesía cuyo origen está en Sicilia y en el dialecto siciliano, que pasa a la península itálica y se propaga durante el Renacimiento dejando un reguero de cimas poéticas con autores de todas las épocas de la literatura en las lenguas de cultura occidentales.  Me refiero al SONETO, a esa composición lírica que el poeta Rubén Darío definió como 


TEMPLO DE CATORCE COLUMNAS.

Sólo por la metáfora se puede abarcar el significado total de algunas cosas, y esta de Darío para el soneto es el continente perfecto para definir a una composición poética que tiene una absoluta vocación arquitectónica ceñida al virtuosismo formal de la palabra, a la concisión significativa y a la intensidad emocional. Verdaderamente, el nicaragüense lo clavó y no hay mejor definición que esta para el soneto.  


La creación del soneto se le atribuye  al siciliano Giacomo da Lentini desde que Dante Alighieri lo recogiera en su Canto XXIV del Purgatorio. Muy poco se sabe de Da Lentini excepto que habitaba en Sicilia y que se ganaba la vida como notario en la corte del Sacro Emperador Germánico Federico II. Da Lentini descubre el soneto adaptando al dialecto siciliano la poesía cortesana provenzal y encuentra la musicalidad mayúscula de la poesía por la distribución de los acentos en los endecasílabos y la distribución de las rimas consonantes.Tal importancia y repercusión tendría esta composición poética que con él nace la "Escuela siciliana", precursora del Dolce stil nuovo que dejará obsoleto al estilo trovadoresco. Da Lentini eleva el dialecto siciliano a lengua de cultura, lo que supone el inicio de una lírica en vernácula italiana con una métrica novedosa y una variante a la temática amorosa provenzal por el tratamiento que se le da al amor y a la mujer: la elevación de la relación platónica con una amor idealizado sobre la erótica, divina y sumisa relación de los trovadores con las damas cortesanas. 

La expresión "dolce stil novo" también procede de la Divina comedia de Dante y llegará a su cumbre con el Canzoniere de Petrarca, poeta que revela que el soneto es la estructura que mejor se adecua a la expresión del sentimiento amoroso por esa redondez lírica-narrativa, precisa y sentimental y dará nombre a la poderosa corriente lírica renacentista, el Petrarquismo

No se conservan sonetos de Da Lentini, pero curiosamente sí nos ha llegado un soneto de la primera mujer que lo cultivó, y también es siciliana. 

Se la conoce como Nina Siciliana o Niña de Sicilia. Una mujer que desde su descubrimiento se considera hoy una leyenda por ser la primera en escribir en soneto siguiendo la escuela creada por el paisano isleño de escribir poesía culta en el "vulgar" siciliano y porque la acompaña una historia de amor al nivel de Dante y Beatriz, Petrarca y Laura o Garcilaso de la Vega  e Isabel.  Se ubica en el tránsito de los siglos XIII y XIV y de ella se conserva un soneto que fue publicado por Giunti en Florencia en 1527 en la colección, "Sonetti e canzoni di diversi antichi autori toscani".

¿Pero, por qué se incluyó a la siciliana en una antología de poetas toscanos del siglo XVI? 

Un poeta toscano, Dante da Maiano, viaja a Sicilia seducido por la nueva escuela lírica que inaugura Da Lentini, y allí conoce a una joven a la que a su regreso a la península le escribe y envía un soneto. A partir de ese momento inician una relación amorosa platónica alimentada por la distancia y por la elaboración de la forma de la correspondencia que intercambiaban, en soneto siciliano se escribían mutuamente. Cuando el compilador florentino accede a los sonetos de Da Maiano encuentra uno que firma Nina Siciliana, y lo publica entre los de los poetas toscanos. Posteriormente se rastrea entre los sonetos del poeta y se reconstruye esta relación "sonetista" entre conjeturas y referencias.


Una hipótesis contextualizada de Nina Siciliana

Soneto va a la Toscana, soneto iba a Sicilia, sobre el estrecho de Mesina recorrerían los poemas del uno y de la otra la primera ruta de una relación platónica donde una mujer participaba no como objeto sino como sujeto de un vínculo amatorio tan lírico como entretenido, que pasaría por momentos de alejamiento como atestigua el soneto conservado titulado "Lamento d'amore tradito". 


 Cuitada yo, que amaba a un alcotán,
lo amaba tanto yo que me moría,
a mi reclamo bien que era galán
aunque poco le daba en cortesía.

Ahora remonta rosa y altanero
mucho más alto de lo que solía,
y en un vergel reposa traicionero,
y otra dama lo guarda en tiranía.

Ay mi alcotán, y yo que te nutría
y campanita de oro te ponía
porque hubieras audacia en cada vuelo.

Y ahora te me has alzado como el mar
y has roto el lazo de la cacería,
tú, que eras tan leal a mi señuelo.


No se sabe si fue el último adiós o el poeta toscano corrió  a componer la respuesta en endecasílabos heroicos que alzara el vuelo de la relación. Sea lo que fuere, el caso es que hoy en día esta siciliana es considerada como la primera mujer que escribió un soneto. 


No voy a dilatar la entrada con la enorme estela de poetas que han cultivado este género, la lista sería enorme y en castellano se encuentran verdaderos templos consagrados a la Poesía, dignos de ser venerados con devoción al virtuosismo formal, significativo y emocional, aunque sí me voy a detener en otro tipo de soneto, el de partitura que adapta la musicalidad de los endecasílabos a notas para piano.



La sombra y la luz de Petrarca fue tan larga que tres de sus sonetos inspiraron sendas piezas musicales al creador de los poemas sinfónicos, Franz Liszt. Compezó a componerlos en 1830 pero no fue hasta 1846 cuando se publicó la primera versión. 

Sonatas, desde el Barroco no se han dejado de componer, pero los sonidos de los sonetos de Petrarca en pentagrama los creó Liszt tras uno de sus viajes a Italia. Se incluyen en la segunda suite para piano de Los Années de Pelerinage. En la versión para el canto, Liszt, compositor de vida novelesca y personalidad romántica y enamoradiza, dispone que el cantante que interprete estos sonetos no solo tiene que meterse en el papel del enamorado, sino que es conveniente que él mismo esté enamorado para transmitir la esencia de la obra, para que el oyente perciba la dialéctica gozo-dolor que representa el amor ideal. Cita textualmente: 

“…para expresar el sentimiento que traté de inspirar en la partitura de los Sonetos necesitaría de un cantante-poeta, enamorado de un amor ideal… rarae aves in terris”.

Dejo la versión cantada del soneto 104, Pace non trovo, porque, enamorado de un amor ideal o real o de ambos a la vez, Luciano Pavarotti hace honor a las exigencias de Franz Litz, con el mismo nivel que Da Lentini y Nina Siciliana cumplen los requerimientos para constar en estas entradas de Rodmania a la Sicilia:...rarae aves in terris.







Pace non trovo, e non ho da far guerra;                           No tengo paz ni puedo hacer la guerra;
E temo e spero, ed ardo e son un ghiaccio;                      temo y espero, y del ardor al hielo paso,
E volo sopra ´l cielo e giaccio in terra;                              y vuelo para el cielo, bajo a la tierra,
E nullo stringo, e tutto il mondo abbraccio;                       nada aprieto, y a todo el mundo abrazo.

Tal m´ha in prigion, che non m´apre, ne serra;                  Prisión que no se cierra ni des-cierra,
Ne per suo mi riten, ne scoglie il laccio;                            no me detiene ni suelta el duro lazo;
E non m´ancide Amor, e non mi sferra;                            entre libre y sumisa el alma errante,
Ne mi vuol vivo, ne mi trae d´impaccio.                           no es vivo ni muerto el cuerpo lacio.

Veggio senz´occhi, e non ho lingue e grido;                      Veo sin ojos, grito en vano;
E bramo di perir, e cheggio aita;                                       sueño morir y ayuda imploro;
Ed ho in odio me stesso, ed amo altrui;                             a mí me odio y a otros después amo.

Pascomi di dolor, piangendo rido;                                    Me alimenta el dolor y llorando reí;
Equalmente mi spiace morte e vita,                                   la muerte y la vida al fin deploro:
In questo stato son, Donna, per vui.                                 en este estado estoy, mujer, por tí.


viernes, 15 de julio de 2016

EL PADRINAZGO DE CORLEONE II

[...]
Oh, il Sud è stanco di trascinare morti 
in riva alle paludi di malaria,
è stanco di solitudine, stanco di catene,
è stanco nella sua bocca 
delle bestemmie di tutte le razze 
che hanno urlato morte con l’eco dei suoi pozzi, 
che hanno bevuto il sangue del suo cuore.
 [...].

De "Lamento per il sud". Salvatore Cuasimodo

Oh, el Sur está cansado de arrastrar muertos
a la orilla de las ciénagas de malaria,
está cansado de soledad, cansado de cadenas,
está cansado en su boca
de las blasfemias de todas las razas
que han gritado muerte con el eco de sus pozos, 
que han bebido la sangre de su corazón.

Leyendo el poema "Lamento por el sur" del siciliano Salvatore Cuasimono, Nobel de Literatura (1959),  se viene a la mente la sentencia de su paisano isleño, Leonardo Sciascia: 


"Los tiempos felices en la humanidad 
son las páginas vacías de la historia".


Y es que, por mucho que las mentes y los espíritus que sirven a los ideales optimistas y recreen en el ocio episodios que redimen y reconcilian al género humano con su pasado incluso ficcional (el caso de mi propuesta en la anterior entrada en la que don Vito Corleone brindaba en su pueblo siciliano con un vino libre de mafia), cuando se enfoca a la realidad o la realidad te sacude se te caen los palos del sombrajo y no tienes más remedio que asentir al juicio del narrador siciliano, un hombre que se quedó en la isla para enseñarnos las vísceras de su tierra como Cuasimodo nos muestra las del yo lírico con la misma atadura y consonancia. 

Narración y Poesía nos colocan en el lugar de la tragedia, de la desilusión y de la frustración de los que se quedaron en la isla mientras ya triunfaban todos los que brillaron en América como actores, músicos, deportistas, políticos e intelectuales, o gente común de las que sus noticias no llegarían por el papel couché. La nómina es larga, y entre ellos el mismo Coppola o estos dos figuras de origen siciliano para quienes ya la isla habría pasado a ser recuerdo de  las raíces nostálgicas y folclóricas de sus progenitores.



Los veranos son tiempos de compatibilidades de recreo y telediarios, por eso, además de para escuchar las secuelas italianas de Sinatra y Marti, también para recuperar a Leonardo Sciascia y reivindicar, de paso,  su valentía. 

Enraizado en el terruño del interior de Sicilia y en la lava petrificada del Etna, nadie como el siciliano supo transmitir la profundidad de la realidad de su tierra porque creció con ella y la hizo literatura visionaria. Lo que están viviendo en las costas de la isla viene a corroborar la esencia de mafia tal como la interpreta Sciascia. Para él la Honorata Societá no era únicamente las operaciones criminales y extorsionadoras que uno ve en las películas con el máximo realismo, crudeza o estética romántica, también lo era todo ese cuerpo abstracto y soterrado vinculado a la corrupción del Estado, capos y a la gente del pueblo que se ha amamantado con el sistema cuya ética es el "todo vale". Tan cual lo es hoy, tiempos en los que la mafia no es patrimonio de Sicilia, y aunque en este mundo globalizado las mafias tienes apellidos oriundos de nacionalidades y etnias, sus tentáculos se entrelazan internacionalmente porque las une su fundamento: el lucro despiadado y desprovisto de las mínimas dosis de ética. 

Si uno-a ve este documento cinematográfico basado en el relato de Sciascia Il lungo viagio,  incluido en la obra  Il mare colore del vino, siente que el progreso económico, técnico y científico ya tiene color o se imprime o filma en 3D, pero en el mismo blanco y negro de la moral de las "honorables sociedades" que acogen y en las miserables sociedades que trafican.



Spoiler: En él el escritor italiano relata la historia de un grupo de humildes campesinos de Sicilia que, después de vender todas sus pertenencias, son recogidos en una playa desierta por el barco de un tal señor Melfa que los va a llevar a la soñada América donde esperan encontrar una vida mejor que les permita hacerse ricos y regresar con los “billetes metidos sin cuidado en los bolsillos del pantalón, sacados a puñados”, como vieron hacer a los parientes que regresaron de allí con la barriga llena y las mejillas rojas y bien lustrosas. El barco llega y, ya en él, los campesinos sicilianos se internan en el mar mirando con temor al horizonte y con melancolía la isla que abandonan, quién sabe si para siempre. Por las noches, miran las estrellas que les recuerdan a las de su isla, y ni el miedo ni la incertidumbre les puede más que el deseo de prosperar y las ganas de huir del hambre. Por fin, una noche, el capitán del barco les dice que se preparen, que están llegando a Estados Unidos. Cuando desembarcan descubran con sorpresa que están en la misma isla que dejaron hace días y no en el país al que querían llegar y para lo que pagaron una elevada suma al capitán del barco, que ya ha desaparecido.


LA MAFIA DE LAS MIGRACIONES






Costas y puerto de Siracusa, tierra natal de Cuasimodo.



Sciascia escribió de su amada Sicilia inaugurando la exploración profunda de la mafia en la literatura de una manera en la que destacó sus aspectos negativos y positivos verazmente por incluir y tratar en sus obras la exploración profunda de la Mafia, insisto, no sólo como una entidad concreta, sino trascendiendo desde lo local siciliano a la idea de corrupción aplicable en todas partes para escribir sobre las preocupaciones éticas y morales de la sociedad. Más tarde la eligió para escribir sólo de asuntos contemporáneos, como el asesinato de Aldo Moro.Por su trabajo, Sciascia fue proclamado un gran crítico de Italia y de la sociedad moderna, del ineficiente y corrupto sistema de la justicia y de la Iglesia que encontró en el escritor a uno de sus críticos más letales, al que no pudo enfrentarse ni defenderse,  sólo escribirlo y retirarse.



Leonardo Sciascia

Sciascia se quedó en la isla, "Un pueblo indeciblemente triste al que estoy ligado por trabajo y también por afecto”, mezcla de desencanto y orgullo que inspiraron cientos de tramas erigidas sobre autos judiciales, atestados policiales, viejas leyendas y corruptelas varias, sin renunciar a la verdad sabedor de las palabras mayores sobre las que escribía. 

La mafia como protagonista y antagonista que trasciende hasta la mafia de hoy más allá de sus nacionalidades o etnias, la de las barcazas abarrotadas de emigrantes/ refugiados, la mafia que sale a flote por los que llegan a las orillas vivos o arrojados por las mareas a las playas, la mafia que transita por los pasillos tierra de nadie entre Turquía, Siria, Afganistán o desde la pobreza y las guerras de África. Las mafias sin nombre propio que empeñan a los pasajeros en los lugares de orígenes, y contraen ganancias con las mafias de los puertos de destino en donde muy legalmente se fabrican chalecos salvavidas y zodiaks de ínfima calidad y cuyos asalariados esperan en los puertos para vender botellas de agua, bocadillos, tarjetas de móviles o ropa de abrigo a precios “mafiosus” (término que en el dialecto siciliano se utiliza cotidianamente para expresar que el producto tiene un precio desorbitado y abusivo). Por eso el cortometraje Il lungo viagio es un documento intemporal.


Hoy es un día triste y quizás tendremos que decir que todos somos culpables, que Occidente maltrató por intereses a estos pueblos que desembarcan para vivir mejor o para que algunos de sus descendientes nos hagan la vida imposible, porque donde no se crece con las palabras libertad, democracia y derecho o estas palabras se manipularon y violaron mafiosamente hasta perder el sentido, hasta beber vino libre de mafia de Sicilia es invertir una cuota en la mafia que surgirá mañana si solo se busca calmar el hambre de estómago. 

Aun así, la mafia y la tristeza del día por lo ocurrido en otra ciudad del Mediterráneo se liberan por este viaje individual con cosas halagüeñas como estas. La reciente muerte del último gran capo de la mafia siciliana, Bernardo El Provenzano, por cuyos crímenes la sociedad italiana reaccionó y pidió justicia como no lo había hecho antes tras los asesinatos del juez Falcone, su esposa y cinco de sus escoltas, y estas  dos películas basadas en textos de Sciascia, ambas de Elio Petri, A ciascuno il suo (1967) y Todo modo (1976), que las dejo para el otoño porque las condiciones de conectividad no favorecen ni a mí me van a perdonar en otoño las horas de sol y playa cedidas a Rodmania, pero son prometedoras por los textos en los que se basan, los intérpretes y sus bandas sonoras. Y el brindis idealista con ese vino rosso de Corleone que le ofrecía a don Vito en la anterior entrada, definitivamente con y para todos los "patrocinadores" que salen en esta entrada de realidades líricas, narrativas, fílmicas, y barcazas, aunque fuera más feliz aquel con Brando-Corleone por eso de que, "Los tiempos felices en la humanidad son las páginas vacías de la historia". 











lunes, 11 de julio de 2016

EL PADRINAZGO DE CORLEONE I

Sicilia, como otros "sures" de la cuenca del Mediterráneo, fue región de extrema pobreza, y como toda zona víctima de la falta de inversiones y atención que va a engrosar los índices de la segunda o tercera velocidad de desarrollo con respecto a las próximas, es más vulnerable a las cicatrices que dejan los períodos de crisis, durante los cuales, muchos de sus moradores, como remedio in extremis, se atreven a poner tierra, mares  u océanos de por medio en busca de un futuro más prometedor. 



En Italia, sobre todo en el sur y más particularmente en Sicilia, desde que Américo Vespucio le puso nombre al continente (1507) y Giovanni da Verrazzno se convirtiera en  el primer explorador europeo que cruzó el puerto de la actual Nueva York buscando un paso hacia la India (1528), oleadas de emigrantes se sucederán en los puertos americanos. Desde que la isla fuera despensa de Roma, su economía se sostuvo en la agricultura bajo los mismo patrones del feudalismo medieval hasta más allá de la reunificación de Italia. Las grandes extensiones de tierra pasaron de los señores feudales a manos de la Iglesia y la aristocracia y todos estos propietarios compartían la secular tradición de invertir los réditos de las explotaciones agrícolas en la adquisición de bienes  antes que en invertir en la mejora de los cultivos para aumentar sus rendimientos y la mejora de las condiciones laborales. 

Como los campesinos, arrieros, cabreros, molineros o panaderos de la isla  solo se tenían a ellos mismos, se inventaron un sistema de autoprotección familiar contra los abusos de los terratenientes para mitigar las injusticias de autoridades y dueños de turno de los latifundios, a lo que llamarían MAFIA. Poco a poco, y como la isla estaba dejada por la mano de dios de todos los gobiernos, a través de prácticas delictivas, estos grupos "heredaron" los latifundios". Pero habría sicilianos más tontos  y otros que no tenían ni un pelo te tontos, y los primeros no tendrían tantas habilidades sociales para los favores, pues estos avisados de la mafia se vistieron con los mismos ropajes que los anteriores dueños de las tierras y si no eras de la familia fetén, pues a tomar por saco.

Fueron estas circunstancias las que arrastró a salir con lo puesto a una masa de campesinado siciliano en diferentes oleadas con los ojos puestos en la amplitud del mar y el pensamiento ilusionado  en hacer  l´América a lo ancho y a los largo.





Las oleadas más numerosas hacia EEUU se dieron entre 1900 y 1925 y a partir de entonces se conforma  la comunidad siciliana como un subgrupo dentro de la italoamericana en ciudades principales, y como allí los que llegaban también se encontraron desprotegidos, entre la tarantela, el bruccellato, los cannoli siciliani y la caponata  sacaron también del petate la ancestral costumbre de los negocios familiares dando lugar a lo que se conoce como La Cosa Nostra, que en el caldo de cultivo del cínico sistema de favores y recompensas en un medio con mucha proyección y pasta, encuentra el terreno ideal para prodigar el lucro con transacciones ilegales y el blanqueo a través de negocios de lo más saludables. 


Una de las primeras familias de mafiosos de EEUU


Por el morbo que suscita todo lo poderoso y oscuro, a través de la literatura, pero sobre por todo el cine,  conocimos el sistema  con historias de gánsteres y capos. Pero de entre toda la vasta filmografía sobresale una película que convirtió a la clase mafiosa en un mito y a sus personajes e historias en referentes que traspasaron la ficción de la novela de Mario Puzo a la real tangibilidad en el imaginario colectivo por la maestría de Francis Ford Coppola que la coloca en el pódium de la historia del cine y Vito Corleone sustituyó a Al Capone como estereotipo del capo italoamericano gracias a la poderosa interpretación de Marlon Brando.

Realismo e idealismo es una dicotomía por la que se identifica el tratamiento del género por los autores (como en el western), y la película de Coppola es un modelo de combinación de dosis perfectas de romanticismo y pragmatismo, y de idealismo y naturalismo ético y estético, y en las entrañas del guión de El Padrino se encuentra la frase de don Vito Corleone en la que se asienta la propuesta de esta entrada.

Entre toda la dosis de violencia, mugre y putrefacción, el espíritu romántico y a la vez pragmático de Corleone se hace evidente cuando Marlon Brando dice a los muchachos que lo de la cosa de las drogas se lo dejasen a los animales, refiriéndose a los negros.

El capo con esa propuesta registra esa porción de romanticismo y pragmatismo impensable (amén del evidente racismo) en la filosofía de los negocios mafiosos. Pero por estas paradojas y la seductora y fina línea entre el bien y del mal, y la de la ética y la estética, igualmente seductora, de la pose mafiosa, El Padrino, Vito Corleone, es en el imaginario un ente épico real y con esta frase sacada del guión de la película intento ensanchar los horizontes del mito del cine y del topónimo de una pequeña ciudad siciliana. 





Resulta que en la ciudad de Corleone (Sicilia) hay un padrino de “animales”, de negros.  Si  don Vito levantara la cabeza, vería cómo el estado de derecho confiscó hace veinticuatro años las tierras que dejó atrás para sus parientes y con las oleadas de inmigrantes y refugiados que llegan a las costas sicilianas poner en marchas un proyecto inédito y esperanzador. Con fondos europeos, las administraciones y cooperantes de Sicilia desarrollan el PROYECTO DRAGO (Development Resources Agricultural Growth Organic). Tras proporcionar asilo a los inmigrantes, reciben formación para cultivar estas tierras y a través de cooperativas producir, aceite, cereal, vino o verduras, en cuyos etiquetados se imprime  “libres de mafia”. Junto al techo y a la comida, reciben 600 euros mensuales. 



Si don Vito levantara la cabeza y viera las tierras que dejó para que la familia oriunda se las cuidase están sembradas de viñedos que hoy producen vino rosso etiquetado con la frase “libre de mafia”, ¿mandaría a sus descendientes isleños a invadir esos cultivos con cabras, como hacen los habitantes de Corleone que siguen vinculados a la Cosa Nostra en un intento de hacer valer su “derecho” de propiedad marcando el territorio con la sisa de los cultivos que ingieren los herbívoros y la estela de su tránsito intestinal? ¡Qué mamarrachos! ¿O volvería a decir:


 “dejad eso para los negros?

Yo nunca voy a traicionar a mi romanticismo, así que se conoce mi idílica respuesta.

Los negros que viven y cultivan las tierra de Corleone no tienen ni idea de quién era Toto Riina ni nunca oyeron hablar de Bernardo El Provenzano, pero todos conocen a don Vito y Plácido Rizzoto, el nombre de la marca del vino rosso en honor al sindicalista que defendió la causa de los campesinos contra la mafia, que fue secuestrado, asesinado y desmembrado en 1948.



¿Cómo se quedaría don Vito Corleone al entrar en la tierra de sus ancestros? Se encontraría, además de con los senegaleses, malienses, ghanienses en sus fincas, con una piara de turistas que hacen caso a las guías de viajes y acuden a esta ciudad ávidos de fotografiarse junto con vestigios de Vito y Coppola como si fueran a un parque temático de El Padrino. 




Pues quizás hiciera lo que nosotros haremos, pasaremos por Corleone en nuestro viaje, pero como no vamos por paquete turístico de agencia y yo me he encargado, por gusto, de rebuscar toda esta interesantísima información que enriquecerá el viaje a costa de que mi moreno no sea tan intenso a estas alturas del mes de julio, nos tomaremos uno de esos vinos de viñas cultivadas en tierras libres de mafia en alguna terraza de Corleone, donde hoy, más que a la voz bronca y rota de Marlon Brando, suena a la banda sonora de Nino Rota.


¡SALUTE GODFATHER!










miércoles, 6 de julio de 2016

EL CONTAGIO Y LA VACUNA DE LA TARANTELA SICILIANA


Una tradición verdadera no es testimonio de un pasado caduco;
 es fuerza viva que anima e informa el presente. 
Lejos de implicar la repetición de lo que fue, 
la tradición supone la realidad de lo que perdura.
Un patrimonio que se recibe a condición de hacerlo fructificar."

                          Igor Stravinsky, Poética musical. París, 1952.

Y así pasamos a la música tradicional siciliana, aquella que en cualquier cultura representa a todos los miembros de la comunidad, que surge lejos de la autoría pero que, los que se sienten miembros de esas colectividades, firman para la imtemporalidad comunitaria y la elevan a la categoría de "clásica" para pasar a ser músicas tradicionales entre el "academicismo" de individualidades y pueblos.

Toda música tradicional está ligada a la danza, al baile como exteriorización corporal de emociones y sentimientos, es una manera ancestral de relacionarse para la diversión, la catarsis o la creatividad. La expresión más contagiosa quizás porque en su base está el seguimiento del ritmo, y el ritmo todos lo llevamos dentro aunque sea solo para mover el pulso. 

Y este pulso ancestral, popular, tradicional, comunitario, espontáneo o academicista en Sicilia es

LA TARANTELA.

Si hay una música y su danza cuyos orígenes estén en la pelea por mantener los latidos vitales de los individuos de una comunidad es esta.

Sus orígenes se remontan a la función curativa de la música y la danza, en concreto a superar los efectos de una picadura que puede llegar a ser mortal, la de la tarántula. La superchería y las creencias de la sociedad primera que la engendró, le otorgaba este poder al ritmo increcendo de la música que debía seguir el picado hasta expulsar el veneno del insecto por el tiempo en movimiento y el sudor. Solo el ritmo de la tarantela era capaz de exhortizar los efectos de la picadura del insecto y así, las personas que la sufrían, antes de recurrir al curandero, incluso a los posteriores médicos, llamaban a violinistas, guitarristas y pandereteros para que agitasen la música y a su ritmo sacudirse el cuerpo.



El valor medicinal de la danza se hunde en la prehistoria y la tarantela parece una superviviente de estos bailes sanadores. Esta costumbre tan ancestral y enraizada en algunos pueblos del mediterráneo se le conoce con el nombre de tarantismo, e historiarlo  ha sido uno de los objetos de antropólogos. Remito a este documental  de Gian Franco Mingozzi, (1962), realizado bajo la supervisión científica del antropólogo Ernesto de Martino, y con los comentarios del poeta Salvatore Quasimodo para conocer esta práctica.






Pero, como si tirásemos del hilo, las culturas de este mundo cabrían en los dedos de una mano y a partir de ellas todas las que hoy se puedan registrar, por la tarantela se bosqueja un  largo y rico recorrido que llega hasta nuestra península puenteando el Mediterráneo.

Curiosamente, hasta en regiones como Castilla-La Mancha, Extremadura, Baleares, Andalucía y Aragón se ha reproducido este baile con el mismo fin terapéutico hasta los últimos testimonios recientes en Alcalá de Guadaíara (Sevilla), Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), pero sobre todo en Fraga (Huesca). Y es precisamente en esta región, en Aragón, donde su música y su danza más tradicional está enraizada en Sicilia, en la tarantela, y de ahí esta costumbre. 

No tengo más remedio que confesar que al conocer este dato yo misma he experimentado la sacudida tarantinesca al ritmo de Pulp Fiction...

El vínculo entre la tarantela y la jota aragonesa se reconoce en los intercambios culturales que se dieron durante la presencia aragonesa en el sur de Italia. Cuando los sicilianos expulsan a los franceses tras Las vísperas sicilianas, invitan a Pedro el Grande de Aragón a reivindicar los derechos sucesorios de su esposa  Constanza II de Sicilia heredera de la dinastía normanda. Con el rey aragonés, Sicilia se independiza de Nápoles y se constituye el reino de Sicilia. 

No parece descabellado defender estos vínculos, ya más que estudiados y documentados. "Jota" proceder del árabe «xotah» (saltar rítmicamente),  las similitudes rítmicas y de atuendos, y el arraigo de la costumbre de vencer el veneno de este bicho con una jota más rápida que la tradicional en el Alto Aragón, parecen más que evidentes antecedentes de La Dolores. 



Sin opinión propia, no sea que me meta en camisa de once varas, dejo estos dos vídeos en los que el mismo cuerpo de baile del Igor Moiseyev Ballet interpreta las dos danzas para que se valoren similitudes y diferencias. 







Quizás la más evidente singularidad entre una y otra danza está en la presencia del refajo, la altura del dobladillo o los colores de faldas y chalecos. Sí, sí me mojo: la principal diferencia está en la idiosincracia ortodoxa de la jota, que se aferra a su indumentaria como seña de identidad y a la evolución hacia la complejidad académica de sus pasos. Pero esto empieza a ser objeto de la irremediable renovación. Y en ese desatar de esta "pureza" a la jota, se ha interesado el bailarín zaragozano Miguel Ángel Berna, que baila la jota clásica como dios pero intenta dejar atrás la inmovilidad academicista recuperando la espontaneidad, el significado de este baile popular, su valor terapéutico y el de su propio sentido para los seres de hoy. Breña ha venido ha "tarantelizar" la jota, rejuveneciéndola, alegrándola a la vista vistiendo a los danzantes de una forma mucho más favorecedora. Aquí con el gran Bretón lo muestra. 



Me imagino que estas apuestas habrán abierto una polémica entre los puristas y los renovadores como sucedió con el flamenco cuando Camarón de la Isla y Paco de Lucía lanzaron La leyenda del tiempoAquí una propuesta de fusión y renovación del bailarín maño que está triunfando en los escenarios con este espectáculo, "Mediterráneo", con el que abre Aragón al mar y recrea las músicas que han influenciado a la jota,  incluyendo por supuesto a la tarantela. Yo desde aquí le deseo éxito en sus propósitos.




Pero si de prescindir radicalmente del refajo y de arremangarse para lucir piernas se trata, también tenemos una graciosa picadura de araña en el sur, la Tarantela sevillana de nuestra Carmen en La Maestranza  es el mejor ejemplo de que esta música fue un antídoto perfecto del régimen franquista por su terapéutica función...






Y como todas las músicas populares que se precien, la tarantela pasó por el pentagrama de los más ilustres. Con esta filosofía introducía la entrada.  El Romanticismo, más que ninguna otra escuela, invitaba a la picadura ancestral para mantener y recrear los latidos vitales, y muchos compositores se ocuparon de componer al ritmo de la tarantela importantes piezas musicales. Entre otros, Franz Schubert, Franz Liszt, Serguéi Rajmáninov,  Chaikovski, Chopin y, cómo no, el compositor italiano que contagia como nadie la alegría irresistible de la música y de la pulsión de vida:


Gioachino Rossini 






Es la octava canción de la colección Les soirées musicales (1830-1835). La letra la compuso el conde Carlo Pepoli y en ella se inspiró Chopín para la suya .

 Rossini firmará con La danza de la tarantela la imtemporalidad comunitaria, la elevó a la categoría de "clásica" y así pasó a ser música tradicional académica para las individualidades y comunidades.

Por si quieren cantarla y bailarla.


Già la luna è in mezzo al mare, 
mamma mia, si salterà! 
L'ora è bella per danzare, 
chi è in amor non mancherà.
Già la luna è in mezzo al mare,
mamma mia, si salterà!
L'ora è bella per danzare,
chi è in amor non mancherà....

Mamma mia, mamma mia,
già la luna è in mezzo al mare,
mamma mia, mamma mia,
mamma mia, si salterà.
Frinche, frinche, frinche,
frinche, frinche, frinche,
mamma mia, si salterà.
Frinche, frinche, frinche,
frinche, frinche, frinche,
mamma mia, si salterà.




La ra la laaaaa 


la ra la la ra la la…