martes, 8 de marzo de 2016

"17 INSTANTES DE UNA PRIMAVERA"


Es la primera vez que traigo una serie a Rodmania, a pesar de que en los últimos tiempos he seguido títulos de ficciones en capítulos que me han reencontrado con el formato. Series de máxima calidad que han dignificado a la pantalla de la TV (conectada) con productos en segmentos narrativos. Llegaron de la mano de fuentes que para mí son de máxima garantía, pero esta que traigo no sé ni cómo la encontré.

Por la casualidad o la causalidad que sincroniza un motivo y su efecto, el caso es que cliqué en un conjunto de palabras que desde luego invitaban por su sugerencia lírica, evocando la magnitud física del Tiempo en 17 temporalidades mínimas, casi imperceptibles del término "instantes" dentro de otra temporalidad, la estacional.



17 INSTANTES DE UNA PRIMAVERA



Cliqué en ese vídeo, sí era un vídeo, y encontré una obra de las de enjundia. Tanto, que no sé por dónde empezar, si por el autor de la novela en la que se basa, si por la cineasta, el actor principal, la historia y las leyendas que reúne tras de ella. Vamos por parte. 


17 INSTANTES DE UNA PRIMAVERA es una novela del ruso Yulián Semiónov publicada en la URSS a principios de los 70, en un momento en el que al género policíaco y detectivesco ya le había crecido la rama del espionaje y había dado las primeras obras desde Arthur Conan Doyle (El último saludo) y Joseph Conrad (El agente secreto), cuando a la novela negra se le le añaden los elementos contemporáneos de control de la información por la infiltración y la política en las postrimerías de la Primera Guerra Mundial. Luego vendrán Graham Green (El tercer hombre, El agente confidencial, El americano impasible...) y culminar con John Le Carré (El espía que surgió del frío, El Topo, El Espía perfecto...). Ambos crearon a los agentes infiltrados en el espionaje de altura operando en este lado de "El Telón de acero" desarrollando sus misiones en el terreno abonado que dejó la Segunda Guerra Mundial, la otra guerra, la Fría. 



Al otro lado de la cortina, Yulián Semiónov, fraguaría la novela de espionaje soviética de culto. Curiosamente, el ruso y el británico Le Carré se llevan 9 días de calendario, ambos de octubre de 1931, y cada uno en su respectivos lados del muro generaron personajes de entre los más genuinos e inclusivos del género, por aportar a las historias de espías, además de las tramas complejas, el lado psicológico de estos personajes que manejan la información en una interminable partida de ajedrez: el lado humano e íntimo del espía. Ahora se me viene a la memoria El espía que llegó del frío con la cara de Richard Burton y veo más al hombre solitario, frustrado, desolado,  que recordar la misión que desarrolla la trama de la que es considerada por la crítica como la mejor novela de espías de todos los tiempos. Y desde sus inicios, literatura de espionaje y cine de espías de la mano, con "agentes" de máxima altura dando obras que se encuentran de entre las mejores de la Historia del Cine. 

Mientras los británicos quedaron seducidos por las misiones del bloque occidental con misiones de espionaje y contraespionaje como arma de información y control del bando soviético durante esas décadas de la frontera invisible entre los dos sistemas,  el ruso Semiónov retrocede en el tiempo y sitúa la misión de su agente, Max Otto von Stirlit, entre el 12 de febrero al 24 de de marzo de 1945, poco antes de la rendición de Alemania en la Segunda Guerra Mundial . Al protagonista,  un sovietespía que trabaja en la oficina central de la SD , se le encomienda comprobar las sospechas del régimen soviético sobre las negociaciones que pudieran estar protagonizando  líderes superiores del Reich paralelas a las batallas para un armisticio pactado de los alemanes con los Estados Unidos y el Reino Unido a espaldas del Kremlin. El agente Stirlit, instalado desde hace más de una década dentro del servicio de inteligencia de la SS, recepciona la misión y será el encargado de confirmar estas conversaciones y desestabilizarlas para los intereses del Frente del Este en este momento álgido de la contienda, y a más de esto, hacer valer la lealtad de Stalin con los aliados en la estrategia común y única de aniquilar al régimen nazi.



Yulián Semiónov tenía todos los resortes para dotar a su novela de ese carácter histórico y documental. Corresponsal que pasó por Francia, Alemania, Cuba, Japón, EE.UU. y América Latina; posteriormente por Afganistá, España, Chile, Cuba, Paraguay, rastreando a los nazis escondidos y a los líderes de la mafia siciliana, participando en las operaciones militares de guerilleros vietnamitos y laosianos. Una actividad novelesca y aventurera, estaba constantemente en el centro de los eventos políticos importantes de aquellos años de la Guerra Fría. 



Así, se convirtió en uno de los pioneros del periodismo de investigación. En los años 80 funda y preside hasta su muerte (1993) la Asociación Internacional de Escritores de Novela Policíaca y Política. Gracias al intérprete ruso-español, "el camarada Google",  parece que Semionov pudo investigar en los archivos "inaccesibles" de la KGB y que llegó a recoger información para esta serie narrativa del mismísimo Kim Philby, para John Le Carré la bestia negra del espionaje . O quizás  porque sería amigo de por vida del que fue su compañero de pupitre en el Instituto de Estudios Orientales de Moscú,  que llegó a ser jefe del espionaje ruso y canciller, Evgueini m. Primakov. Viniera de dónde viniera, el caso es que el periodista-escritor  tenía información de primera mano. 



En su suma y sigue, reseñar su pertenencia al Comité Internacional de Restitución de Tesoros Rusos a la Patria. Yulián Semiónov colaboró en las operaciones que permitieron a Rusia rescatar los restos de parte de la biblioteca de Serge Lifar y Serguéi Diáguilev, el maravilloso tapiz con la imagen de la familia real del Palacio de Livadia y muchos otros bienes culturales. Fue de enorme trascendencia el trabajo que desplegó para la búsqueda de la Cámara del Ámbar.


En el momento de escribir la novela, Semiónov ya estaba inmerso en los tiempos de cambio que anunciaban la Perestroika, y con su bagaje, sus contactos y su fluidez de pluma, se convirtió en la persona que le escribiría los discursos a Gorbachov. Me he quedado estupefacta con este personaje.



No he leído el libro, está en Hoja de Lata (2015), (cada vez tengo más la sensación de que hay personas para las que el día debe tener las horas de tres, como para este hombre, porque a mí, mis humildes tareas se me acumulan). No sé, quizás para el verano que cunde más el día. De momento lo que sí he visto es la serie de 12 capítulos de la cineasta también rusa, claro, Tatyana Lioznova, estrenada en la URSS en 1973.


Lioznova, Artista del Pueblo de la URSS, (se entiende que "de la casa"), pasó a la historia de la filmografía rusa por este trabajo. Tras haber leído un extracto de la novela de Semionov publicado en una revista, se valió de su cercanía al régimen soviético (se entiende que la cercanía al aparato era condición sine qua non de todo quisqui que produjera soviéticamente) y el Presidente del Comité Estatal de Radio y Televisión aceptó su propuesta  para rodar el proyecto.´

Y sinceramente, magistral el formato y el tratamiento de la narración que ha pasado a la historia de Rusia como la Madre de todas las series.



El producto fílmico es un pulcro ensayo cinematográfico de mestizaje histórico-documental y ficción, que sigue fielmente el denso guión del novelista. Escrupuloso al más estilo soviético, verán doce episodios de una historia  con incrustaciones de Historia gracias a las imágenes aportadas por el archivo documental de la guerra custodiado por el Kremlin y un desfile de personajes históricos del III Reich que interactúan en la compleja trama novelesca de la misión del agente Stirlitz y su equipo de la que no se pierde detalle por la impagable ayuda de la voz en off que ordena el tiempo interno de la narración (siempre en pasado)

Poco he podido saber de esta mujer, a trompicones de traductor, murió en 2011 y su otro trabajo más nombrado es Tres Álamos en Plyuschikha (1967), una historia de amor inspirada en la letra de una canción titulada " "Ternura" entre un taxista y una campesina casada . Si el camarada intérprete Google no me ha jugado una mala pasada, se trata de la Casablanca rusa que se ganó los corazones de la patria. La destacan por haber imprimido a sus trabajos la combinación de heroísmo y patriotismo con un tono lírico y sensible. Y desde luego en esta serie borda las dosis justas de este difícil cóctel de austeridad, precisión, acción y sensibilidad. 

Porque no se trata de un panfleto. Evidentemente cumple una función propagandística de enaltecimiento de una nación, que se irá desvaneciendo mientras el régimen envejece para quedar como una película de más de catorce horas con calidad y magisterio  per se. 

Con más thriller que aventura, con muchísimo más guión que poses, con perfección en el ritmo de aceleración y pausas, con unas interpretaciones sobresalientes, logra la condición de obra maestra de trabajo cinematográfico.

Stirlitz

Vyacheslav Tikhonovel, el más aristocrático de los príncipes rusos, (Andrei Bolkonski en GUERRA Y PAZ de Serguéi Bondarchuk)se convertirá con este papel en héroe nacional. El espía Stirlitz simboliza una imagen colectiva que se nutre de las historias de varios espías que trabajaron en misiones superiores en la parte alemana. Representa la victoria de la inteligencia rusa por el dominio de recursos psicológicos y analíticos, las conjeturas y coartadas en ese estado de paranoia que en esa fase de la contienda se encuentra todo el aparato nazi. Pero es el tratamiento del ser humano, del hombre ruso, el camarada Yustas, el que imprime al protagonista de ese sello sensible que lo aleja del histrionismo panfletario característico de las producciones de los regímenes totalitarios. Su compromiso, la asunción del deber no es solo con la nación. En el mismo rango se sitúa la responsabilidad para sus colegas, demostrando qué significa el término "camaradería" en toda su amplitud y en cualquier circunstancia. El episodio que aporta la acción y el afecto humano del agente hacia los camaradas amigos es un ingrediente novelesco que emociona por su conmovedora contención. Magistral la función del personaje que prolonga la cineasta y el trabajo de interpretación de esta actriz, Ekaterina Gradova.


Actor y personaje fundidos en la retina y psicología colectiva de millones de rusos que dejaban las calles desiertas en el horario de emisión de la serie año tras año los días en que el régimen festejaba la Victoria. Hasta tal punto se funden Vyacheslav Tikhonov con Stirlitz o se reencarnan mutuamente en el imaginario colectivo que, a la muerte de Viacheslav Tíjonov (2009), en su tumba la imagen a la que el pueblo rindió homenaje fue la del espía Max Otto von Stirlit colmado de floresNo sé si habrá en la historia un intérprete que haya sido despedido por un pueblo con los honores del personaje. Lo más cercano que yo he podido experimentar en este sentido fue en la reciente muerte de Omar Shariff, y creo que no es un sentimiento particular. Para millones de seres moría, una vez más como tantas y tantas que le quedará por perecer en la imortalidad, Yuri Zhivago sufriendo el infarto en el tranvía y yaciendo en el asfalto de Moscú. 


Pero el régimen se agotaba. Y cuando sintió que se tambaleaban sus cimientos, dejó de emitirse la serie. Y 17 INSTANTES DE UNA PRIMAVERA  se convirtió en una amenaza para el régimen, precisamente por el trabajo de la directora y de los intérpretes.  

Los lugartenietes del Fürer que desfilan no son tratados como alemanes con cuernos y rabos.  Porque no les hace falta disfrazarlos de crueldad ni de cinismo. Para eso está la función que cumplen las imágenes que muestran los archivos documentales. Los primeros espadas nazis también son hombres reflexivos, inteligentes, hablan de política con la misma altura y sospechan con la misma certeza que el ruso.  Y con los años, Stirlitz también empieza a descongelarse, y comenzará a representar a los rusos y rusas jóvenes, inteligentes, analíticos y sensibles que también viven entre semejantes igual de totalitarios, en las mismas condiciones de sacrificio que el agente secreto. Que ya son conocedores de los horrores del régimen soviético. Y entienden el código intercambiable de las esvásticas por el de las hoces y los martillos. Entienden las claves de otra misión clave. 

Aunque ya el Kremlin no la repuso más de forma institucional, quedó grabada en el la conciencia colectiva para convertirse en ese objeto de culto de una época y de un país.


El trabajo actoral de los intérpretes que dan vida a los alemanes es encomiable:  Vyacheslav Tikhonov, Leonid Bronevoy, Evgeni Evstigneev, Mikhail Zharkovsky, Oleg Tabakov, Nikolai Prokopovich, sobresaliendo entre ellos Bronevoy en el papel de Müller.





Un cura pacifista, un profesor, Berlín y Berna. Mucho café y mucho humo. Silencios y diálogos densos. Tensión y lirismo. 

Y la banda sonora, la música brillante y emocionante del compositor de origen armenio Mikael Tariverdíev, cuyo tema principal, Mgnovenia ("Instantes") es un poema del poeta   Róbert Rozhdéstvenski. Un elemento que la sublima y sintoniza con la poética del título. En otras variaciones, con otros temas del mismo compositor, dos temas de Édith Piaf, incluso jazz..., la música brilla por sí sola.

Eso sí, aviso que oír hablar en ruso a los alemanes tiene tela de guasa. Pero eso también formó parte de la victoria del bando del Este. Oigámoslo así. 

Si hay alguien interesado, por supuesto la versión en blanco y negro del 73. 

Para estos días, los mismos días de aquel calendario en la Europa donde la primavera asoma tan tímidamente que no sobra aun el abrigo y solo se atisba por el vuelo de las bandadas de pájaros coordinados en metafórica geometría y algún brote que rompe en las ramas.






Spasibo, Sttirlitz! 

Bolshoye spasibo, camarada Yustas!


domingo, 29 de noviembre de 2015

"LAS MUERTAS" de Rosa Díaz. ACTO DE PRESENTACIÓN








Está la izquierda bajo mi cabeza 
y su diestra me abraza.

Cantar de los Cantares, 8, 3


       De la mujer que duerme
       
Sonrió con incredulidad, 
como Sara cuando vio pasar el vaticinio de su alumbramiento 
delante de su tienda.

Se había relajado en los afeites. Guardó el óleo de la mirra.
Dejó de ponerse la alheña en el pelo
y de separar las piernas para el que envejeció.

¡El que llegaba ahora, era tan mayor y tan comprometido
cuando la vida los hizo coincidir,
que rechazó sus ojos y dobló su recuerdo…! 

Se enteró de su muerte 
cuando el hombre santo dijo su nombre
y vio pasar llorando a todas las mujeres de su casa.

Quizás por eso sonrió incrédula, o tal vez sería 
porque él regresaba desde su mejor edad: 
                                                                        
                                                      Le cosió los besos en sus labios,
lo condujo a la casa de sus padres,
a la cama donde lo vinieron a concebir.

Separó su vestido, sintió la prisa de su corazón,
succionó el grano dulce de sus frutas,
agitó el pistilo de la escondida orquídea de su sexo.
Hizo rebozar el pozo de la carestía, propició el arcano
y entró al sendero como ave en el nido,
como pez en el agua nadando a lo profundo;
balanceándose, 
huyendo, 
contaminándola con su cadencia
hasta el golpeteo de los relámpagos y los rayos,
hasta la rendición del último gemido.

A la mujer que no tiñe su pelo con alheña
y luce su edad como una joya,
la cubrió el guardado en los pabellones de la muerte, 
el que oculta el tiempo en otro tiempo, y en el sueño encuentra lo que  no tiene fin.

Tomó en prenda su manto y se lo devolvió al amanecer. 
Y dormida la dejó sin romperla ni mancharla: 
                                                                                Limpia su alma, 
limpia la sábana de su ajuar.


Rosa Díaz

Del libro, Las muertas
Editorial Zurgai, Bilbao, 2015
      
       

martes, 17 de noviembre de 2015

SOLEARES RODKABILLYS II



Un concurso de traslados vino a adjudicarme  plaza de docente en un pueblo de una comarca agrícola de Huelva, en donde la fresa, vino  a sumarse al jamón de la sierra y a la gamba de la costa y así conformar el triángulo mágico de productos gastronómicos de esta provincia. Fue en los años 60 cuando un empresario sevillano  introdujo las primeras matas traídas de California y emprendió su cultivo en esta tierra que por su fertilidad y  microclima (muchas horas de sol en primavera y una escasa oscilación térmica entre el día y la noche), desde entonces hasta hoy son miles de hectáreas destinadas a este cultivo y toneladas de fresas las que salen de estos campos. Como la campaña de este producto dura solo unos meses, recientemente se han introducido otros cultivos también de frutos rojos, la frambuesa, la mora y los arándanos, que ni olemos ni saboreamos aquí porque de las matas van directos a Centroeuropa. Esta enorme producción atrajo la mano de obra migrante, a la primigenia marroquí se sumaron los procedentes de Rumanía, orígenes que conforma básicamente el casi 20% de la población de procedencia extranjera en esta localidad.

Cuando yo (y cualquiera) llegué allí y me dieron los listados de los grupos asignados, pasar los nombres extraños de los alumnos-as al cuaderno fue el primer contacto con el mapa variopinto que luego me encontré en las aulas. La evidente desventaja de la que parte el alumnado extranjero hace que se ejerza la empatía natural e innata, esa cualidad que la traslada a una misma a una banca donde pasa seis horas del día de lunes a viernes en un lugar donde te cuesta comprender el idioma y donde eres minoría. Así, estos jóvenes para mí fueron mis debilidades y rápidamente me hice de su conocimiento y confianza. 

A mí me gusta salir del centro cuando tengo un hueco. En los primeros días de este destino, localicé un bar en la travesía que me pilla cerca y está situado en una esquina donde a media mañana da el sol. Y desde entonces, un día de la semana cambio la cafetería del centro y la compañía de los colegas y me tomo el café en su terraza, por el gusto a airearme, compartir otras conversaciones, y nutrirme de vitamina D. Me gusta estar al día de lo que ocurre en el pueblo, y su dueño, un hombre de mi edad que después de tantos años puedo considerar amigo, me pone al día a la respuesta de "Alfonso, ¿alguna novedad esta semana?". Por él sé a cuánto está el jornal en la temporada, cómo funciona la economía sumergida, hasta dónde llegan los índices de subsidiados en el pueblo, por qué este pueblo está dividido en dos hermandades y la competencia que tienen entre ellas, le enorme afición a la caza de aves, la importante cría caballar y su comercio, a cuánto está un caballo domado o sin domar, las pequeñas mafias que se están formando y que todo el mundo conoce pero se mira a otro lado, o saber que los empresarios prefieren contratar a mujeres porque al ser necesario estar a ras de tierra para la recolección, la constitución de las caderas y la flexibilidad de la mujer,  hace que se quejen menos y puedan echar más horas... en fin, cosas todas que como se puede apreciar invitan a la depresión... Pero a mí me me gusta conocer el contexto por curiosidad y porque es una información básica para no ejercer de funcionaria que ficha a una hora y sale de su centro de trabajo sin saber qué se respira tras el edificio. Creo que es fundamental además, cuando estamos trabajando directamente con un sector de esa población que en esos año se está forjando. La clientela de este bar es marroquí y rumana y algunos vejetes del pueblo. Te sientas allí y lo que menos escuchas hablar es español. Me podría ir a  la cafetería de la acera de enfrente, pero allí solo da la sombra y el camarero no es Alfonso.

Hace un par de años o tres (no recuerdo bien), en una de esas salidas, mientras buscaba el tabaco en el bolso, un marroquí que estaba sentado en la mesa de junto me birló el móvil que tenía en la mesa, y junto con su acompañante se dieron a la fuga en un abrir y cerrar de ojos. ¡Mi primer smartphone! ¡Qué putada! Puse la denuncia, me volví al centro y difundí que un marroquí me había robado el móvil. No iba a evitar la evidente nacionalidad del individuo, sería absurdo y ridículo. Y misteriosamente mi móvil apareció al día siguiente tirado en un rincón de un pasillo. De auténtico milagro fue calificado.

Evidentemente, alguno de mis alumnos se enteraría quién fue el compatriota que hizo tan mala práctica con su profesora, y al trueque o por el "hoy por ti y mañana por mí", recuperó el aparato. Por lo mismo que he sido la única profesora del centro que en su historia fue invitada a una boda gitana, y por supuesto allí estaba yo con un atuendo agitanado, eso sí, sin atreverme con el Yeli y yeli.

Después de tantas experiencias, yo me otorgo la capacidad y ejerzo la necesidad y responsabilidad de decir algo sobre lo que está pasando, y lo decía ayer, para esto y para saber algo más de las cosas que me gustan tengo yo un blog, ajena a las redes sociales donde no es posible el diálogo (para qué) y al límite de caracteres,  el soliloquio que me traigo pensando en voz alta cuando clico en "publicar" es menos estresante y me satisface más.


En estos dos días laborales me he encontrado a unos jóvenes ávidos de hablar sobre lo que ha pasado en París, y en todos he dedicado unos buenos minutos a escuchar a estos adolescentes que transmiten preocupación, confusión, incomprensión, miedo de cara al viaje de fin de curso a Londres. Andando por el filo de la dialéctica, todos se han ido pronunciando con el máximo respeto hacia la religión de sus compañeros marroquíes, y nadie, ni ellos ni yo, nos hemos atrevido a solicitar sus intervenciones ni siquiera para la condena colectiva de lo crímenes. Tras este ejercicio, he salido de las aulas reconfortada por esos hombre y mujeres del mañana que, aun sin formar intelectualmente, practican el sentido común y el respeto, tanto para los que hablan como para los que callan.  ¿Por qué callan? Más adelante expresaré mi diagnóstico. Pero yo les he puesto una tarea a todos, porque quiero escuchar los soliloquios de todos: a modo de redacción para la evaluación de la asignatura, me tienen que presentar una reflexión sobre la violencia, de todo lo que me presenten, se elaborará un manifiesto que leeremos para todo el centro el día 4 del mes que viene con el liderazgo de la dirección que ha asumido la propuesta. Y ya veré lo que me encuentro.

¿Por qué estos adolescentes han callado? Porque no se ha producido la integración de la comunidad marroquí, ni aquí, ni en ningún lugar, por la sencilla razón de que hablan en otro código cultural que es su seña de identidad inherente. La identidad no es para con el territorio que sus padres dejaron atrás, como es el caso de tantos hijos de andaluces que emigraron hacia tantos países, por ejemplo, el sentimiento de identidad que todos necesitamos es para y por una religión que llevan por delante. Y ese código y esa seña de identidad es el Islam.

No, que no me venga nadie a convencerme de que somos culpables de este aislamiento. Somos culpables de otras cosas se vienen a sumar a este conglomerado que lo hace sumamente complejo. Pero la progresía que no es capaz de ver la realidad y torpemente e irresponsablemente se instala en el flowers happy, no quiere o no puede ver la realidad de las cosas y ponerle su nombre, que desde luego no es el simplista "venganza" ni "imperialismo capitalista". Otro chasco que me llevo. Manejan el discurso de la autoinculpación de nuestra sociedad por no haber integrado con justicia a todo esta población migrante de cultura islámica, queriendo hacer ver que estas comunidades se sienten discriminadas entre nosotros por nuestra culpa. Miren ustedes, ni yo ni nuestro sistema de valores, ni siquiera nuestro sistema económico y social injusto para con todos, es el sumo culpable de esta no integración.

Es esta cultura, la del islam, las que les impide integrarse en otro modelo. Y ese modelo, nuestro modelo, que estará cargado de contradicciones y de imperfecciones,  es a día de hoy el que más respeta a la condición humana y a los principios fundamentales de libertad y de igualdad.

Yo tengo una alumna desde hace cuatro años, la voy a llamar Fátima. Al ser un pueblo epicentro de una manifestación religiosa-folclórica que sale de estas fronteras y convivir en los meses de primavera con niñas que llevan al cuello colgado el medallón de su correspondiente hermandad local (que manda narices), es fácil que se sepa, o yo al menos no lo oculto, nuestra postura y opinión con respecto a estas tradiciones. Esta niña es ejemplar en su comportamiento, aplicada y responsable, pero ni yo ni ninguno de mis compañeros ha conseguido sentar a Fátima en una banca junto con otra niña que no sea marroquí. Y todos la respetamos. Un día se acercó a mí en un cambio de clase para decirme que cómo yo no creía en dios, que eso no podía ser, que yo era muy buena y que tenía que creer. Yo le di la laxa explicación de que en lo único que creía era en las personas, como en ella por ejemplo. Con movimientos bruscos de cabeza, negaba mi respuesta, y concluyó diciendo que entonces yo no era buena.

Ella quiso salvarme. Me dio esa oportunidad. Yo a esta niña, que también tuve a su hermana, el año pasado, tras cumplir los dieciséis años, cuando vino con el pañuelo en la cabeza, le regalé dos pañuelos de seda que me regalaron y que jamás usé porque no me gusta esa prenda. A quién mejor que a ella que quiso "echarme una mano". Pero con este gesto, con ningún gesto, yo sé que yo no soy válida en el mundo y la mente de esta niña. Lastimosamente es así. Y esos pañuelos simbolizan la cantidad de recursos económicos y humanos que hemos puesto todos al servicio de la inmersión lingüística, educativa, laboral, social. A mí no se me ocurriría cuestionar que Francia o Bélgica no han invertido más y mejor que España lo está haciendo. Y aun así, se podrían discutir los modelos. 

No les gusta como somos, como pensamos, como nos comportamos. Vemos cada día como en los patios de recreo se ennovian  ruman@s, polac@s, chin@s con los propios del lugar. Jamás hemos sido testigo de que brotara el amor en estos adolescentes con cualquiera que no comparta su cultura. Ni el amor, eso que decimos que lo puede todo.  No lo pueden ni siquiera experimentar,  porque el sentido de la vida es radicalmente opuesto. Occidente dejó en el medioevo  el sentido de la vida como valle de lágrimas y condescendencia al destino de cada individuo que guardaría para el paraíso la recompensa. Y llegaron términos como  "goce", "felicidad", "política", "división de poderes", "ciencia", "razón", "derechos del hombre", "justicia universal", que nos empujaron a vivir y a dejar vivir. Pero el islam sigue instalado en la existencia de la vida como tránsito hacia un mundo intangible fabricado por ellos mismos, para ellos mismos.

Estos jóvenes aguantan y aguantan en silencio las cosas que no les gustan en las bancas escolares de cada día: desde la ropa, los modales, el ocio, los currículos escolares (ya escribiré otra experiencia reciente), las películas y vídeos que les ponemos, la literatura y textos. Mientras, se reafirman en su identidad, fabricando en sus cabezas muros de contención para que no los contaminen.  


[...]

ELLA QUISO SALVARME DE LA LIBERTAD.





lunes, 4 de mayo de 2015

HISTORIA Y FÓRMULA DE UNA "FAENA"

Cuando a D. José Gómez Ortega "El Gallo", prodigio de faenas de capote y muleta, le presentaron a D. José Ortega y Gasset, preguntó que qué era "eze zeñó".

- Es filósofo -le contestó alguien.

-¿Filo qué? ¿Y ezo qué e? - inquirió el matador.

Ese alguien le explicaría que el filósofo era un hombre muy estudiado que se dedicaba a pensar para entender mejor las cosas de los humanos. Y el torero sentenció:

"HAY GENTE PA TÓ"


El torero y el filósofo

El Gallo desconocía que él mismo era un filósofo por esa sabiduría que da la tierra a la que Vicent Aleixandre definió como "la cultura que entra por la planta de los pies". Porque vino a dar una frase célebre y rotunda de la que echamos manos cuando sabemos de las ocupaciones extrañas y absurdas en las que se invierte tiempo y dedicación, pero que nunca están de más, incluso se agradecen. Como yo hago, por ejemplo, con esta información que recreo en esta entrada, para que yo misma pueda encajar perfectamente en el proverbio del gitano cordobés.



Pues resulta que se ha dado a conocer un estudio que han llevado a cabo dos lumbreras ingleses, también mu estudiaos (un "ella" y un "él), en el que dan a conocer la altura media que alcanza el semen en el acto de la eyaculación (en exterior, claro). Y el dato resulta ser de 30 cm con una velocidad media de 7 Km/h. ¡Vaya!

Para el experimento, estos científicos han contado con la participación de 1.000 varones que durante un año han estado midiendo la salpicadura más alta de cada masturbación (no creo que hayan ido los científicos metro en mano uno a uno).

Pero lo que quizás no sepan Ann McPherson y Aidan McFarlaine (supongo que él también habrá aportado sus propios registros al estudio) es que en este país se registra una salpicadura que hubiera alterado esa media. Y que aquí hay gente pa más. Porque una bloguera, Barna, de profesión física,  ha elaborado el gráfico para hallar la distancia y la velocidad de la salpicadura del célebre Cipote de Archidona. Aquí lo tienen.


Como se sabe, la villa malagueña de Archidona fue actualidad en 1971 por un suceso que ocurrió el 31 de octubre. Y como se ve aun hoy está presente.

La tarde de aquel día, una pareja de novios naturales de este pueblo, cuando aun había salas de cine en los pueblos, fue a ver una película musical de moda. No sé si a mediados o al final del metraje, si porque ésta resultaba muy aburrida o porque, al contrario, la excitación emanara de la pantalla, en cualquier caso, la "luz de lujuria" de la sala y la proximidad de los cuerpos desataron la pasión de estos enamorados. Y en ese lugar donde las parejas de antaño daban rienda suelta a sus escarceos,  la muchacha le hizo un apaño al novio, y de tal magnitud fue el arrojamiento, que alcanzó el pelo y el traje de dos espectadores dos filas más atrás de la pareja "protagonista".

Esta pareja fue juzgada por delito de escándalo público y la condena fue de un escarmiento ejemplar: Suspensión de cargo público (si lo ostentase) u oficio. 3.500 y 1.600 pesetas a las víctimas que alcanzaron las salpicaduras del novio por los desperfectos que causó en esa otra pareja que estaba atenta a la pantalla. Y más aun: la justicia del pueblo los sentenció al matrimonio inmediato.

Según Barna, si la pareja víctima estaba sentada dos filas más atrás, los distarían 2 metros (porque antes no se aprovechaba tanto el espacio en las salas). Y para alcanzar ese objetivo el hombre debería estar arrellanado y con el miembro a una inclinación de 60 grados. Este tiro parabólico lo traduce la física bloguera en las siguientes euaciones:






Concluye en sus cálculos matemáticos que, el semen eyaculado por el de Archidona habría alcanzado 1,5 m (muy superior a los 30 cm de media) y 19,4 km/h (también muy superior al valor medio de 7 Km/h).


D. Camilo José Cela también se vanaglorió de esta hazaña y así lo expresó en la misiva con la que respondió a la de su colega granadino Alfonso Canales en la que relataba los detalles de la aventura de Archidona y del proceso judicial.

¡Bendito sea Dios Todopoderoso, que nos permite la contemporaneidad con estos cipotes preconciliares y sus riadas y aun cataratas fluyentes! Amén. ¡Viva España! ¡Cuan grandes son los países en los que los carajos son procesados por causa de siniestro!


Y así, como hay gente pa tó, yo también voy a formar parte de este club con mi particular aportación a este suceso, y como mi curiosidad se encaminó hacia la película que se estuviera proyectando ese día en Archidona, un musical, dicen las crónicas, aquí va mi contribución. No es empírica ni filosófica, mera especulación, pero consultados los estrenos fílmicos musicales de ese año, yo me decanto por SIN UN ADIÓS. Y si esto hubiera sido así, sentencio que el erotismo de Raphael es sobre el que debería haber recaído el cargo de conciencia y la falta. 


¡ahh, ahh, ahh, ahh, ahH, aHH, AHH, AHH... AAAAY!

¡CULPABLE!

Y segura estoy, que si esto se difundiera, habría quien se lo hiciera con un metro o una regla en la otra mano... Porque...

PA TÓ PA TÓ HAY GENTE.



jueves, 16 de abril de 2015

DEL BESO Y DEL ARTE

Podrían ser la misma cosa, o al menos de la misma causa y naturaleza. Se corporeizan para comunicar lo que sale del deseo vitalista, sensitivo o sensual. Lo mismo que intercambian sensaciones, ensimisman emociones. Son realidades que surgieron de la mirada de la fantasía; sendos lenguajes son universales, estimulan, remueven, conmueven. 


EL BESO Y EL ARTE

Y cada uno ha tenido su Día. Uno generado por la popular estupidez humana, el otro por la admiración a las maravillas de unos cuantos. Se puede decir, por tanto, que ambas celebraciones vienen a dar con la expresión común de "por amor al arte".

La necedad de la mayoría de las causas que se celebran en los llamados DÍAS CONMEMORATIVOS,  ha suscitado en los últimos tiempos un calendario paralelo o alternativo al tradicional y secular santoral. Todos los días del año hay una enfermedad común o rara que difundir; un vicio que combatir, una virtud que propagar; colectivos profesionales que aplaudir, actos históricos que lamentar. 

Antes se felicitaba a los Antonios, Pepes, Juanes, etc, como a las Anas, Cármenes o Marías, en su onomástica. A los que contraían matrimonio o generaban descendencia, sacaban unas oposiciones o les tocaba el cupón. Las Pascuas y, por supuesto, los Días Propios o cumpleaños de la gente que forman parte de la agenda vital y particular de cada uno. Y para de contar. Pero en el día de hoy se ha instaurado la costumbre de felicitar por ser mujer, gay o lesbiana, niño o mayor, o amante o simpatizante de vete a saber qué porque seguro que tiene su Día. Y esta semana, sin ir más allá,  hemos tenido dos celebraciones, que yo, para salvar de la necedad a la primera, el DÍA DEL BESO, la hago coincidir con la segunda, el DÍA DEL ARTE, porque, al fin y al cabo,  "un beso, puede crear un mundo" (O. Paz) , y el arte ha creado muchos besos.

Ninguno de los dos Días están en el calendario oficial de los declarados por la ONU o la UNESCO, como la inmensa mayoría, sin embargo fueron reclamados en su día por entidades -en este caso dispares- y se van difundiendo. El del Beso con mayor fortuna, porque el 13 de abril se está convirtiendo en el día de la pamplina de dar besos a diestro y siniestro por parte de cocolit@s que, sin venir a cuento, te felicitan y estampan una sonoridad labial en la mejilla (no estaría mal que existiera también el Día de Mandar a Tomar por... saco). Y todo por una chorra de concurso que ganó una pareja de Tailandia que sufrió el calvario de estar besándose más de 46 horas previa inscripción en las bases que exigían que los participantes estuvieran casado. ¿Cómo se va a reconocer oficialmente esto, estamos locos?

Tampoco se reconoce el Día del Arte, este mucho más minoritario, pues tan solo una élite se hace eco de esta proclamación, pues fueron los miembros de la Asociación Internacional del Arte, quienes en 2012 levantaron la mano y dijeron que también querían un Día. (Los artistas son tan ineptos que, como se podrá ver en el enlace a su web oficial, confunden el día señalado. Porque el elegido por ellos mismos fue el 15 de abril y no el 15 de marzo, (que ni era primavera ni nada), como reza en el encabezamiento de la portada. Dios mío, Arte sí, surrealista...). El día en que nació el máximo exponente de las artes englobabas. El Hombre del Renacimiento. No. De todos los tiempos. El Genio indiscutible, sin parangón hasta la fecha. Porque, ¿qué hubiera sido este hombre ahora, en la era de la especialización? ¿Pintor, científico, filósofo, inventor, naturalista, urbanista...? ¿Qué de todo ello y más?

Este Día sí tiene fundamento. Da Vinci, hasta que nazca alguien de la misma estirpe, merecería el Día de la Genialidad. (Entonces, felicitaciones, las justas).

No me voy a extender en pormenores de  todo su infinito legado, pero sí dejar constancia del único invento que Leonardo diseñó y que se ha llevado a la práctica tal como lo había concebido el inventor. Porque, aunque, pensó y anunció la escafandra de buzo, el submarino, el carro de combate, el automóvil, la bicicleta, una máquina voladora, el puente giratorio, el paracaídas, el tornillo aéreo (que nunca existió porque una aeronave solo admite remaches, lo sé de buena tinta...), el cañón múltiple (la primera arma de destrucción masiva), el anemómetro...  todos ellos necesitaban de tiempo futuro y de otras mentes tecnológicas que los pusieran a funcionar con éxito. (Y me salto la Gioconda, la Última Cena, las Madonnas, la ingeniería urbanística, la anatomía, la botánica, etc, etc). Pero Da Vinci inventó un instrumento para cuya construcción se siguieron los bocetos e instrucciones del italiano. Y se puede tocar hoy en día . La viola organista. Un instrumento que nunca había llegado a fabricarse, pero el pianista polaco Slawormir Zubrycki se afanó con fe y lo consiguió después de emplear 5.000 horas en su construcción. Un instrumento que se toca como un piano pero suena a violonchelo por la rotación de las ruedas dentadas en las que frotan las cuerdas internas... Bueno, no sé, pero suena así.






Semana de 

Beso y Arte, 
del arte del beso (sin pamplinas) o de los besos  del arte (panaceas).

 Aquí, dejo solo unos cuántos, porque se seguirá celebrando. 


EL BESO. Théodore Géricault. Francia (1791 - 1824)




LOS AMANTES. Jan Svankmajer. Artista checo. 1934 - ?



Franz von Stuck. Pintor. Baviera, 1863 - 1928. EL BESO DE LA ESFINGE



EL BESO. Rodin. Escultor. Francia, 1840 - 1917.


LOS AMANTES. Dante Gabriel Rossetti: poeta, pintor, ilustrador. Inglaterra, 1828 - 1882.




LOS AMANATES. René Magritte, pintor belga. 1898 - 1967




Elizabeth Taylor y Richard Burton. CLEOPATRA (1963)




 Sophia Loren, Marcello Mastroianni. UNA JORNADA PARTICULAR (1977)



  1.  James Stewrt, Donna Reed. QUÉ BELLO ES VIVIR (1946)



Burt Lancaster, Deborah Kerr. DE AQUÍ A LA ETERNIDAD (1953)


También besos-arte-besos de Galeano.
Los que te has llevado estos días y nos dejas para siempre.




Y para la pareja del concurso, 

ÉRASE UNA VEZ... 

UN DÍA, CUALQUIER DÍA...



¿A QUE SUENA A BSO?