1. LOS GÉNEROS LITERARIOS
La
preocupación por los estudios literarios es tan antigua como la literatura
misma. Fueron los pensadores griegos y romanos los primeros que consideraron el
concepto de creación literaria y, por ende el de género literario. Desde Grecia
(Platón y Aristóteles( pasando por Roma (Horacio) hasta el Renacimiento, el
concepto de género literario se va fraguando. Con el tiempo apareen nuevas
formas literarias o se introducen novedades en los modelos genéricos y con el
Romanticismo y la exaltación de la creatividad frente las normas, se rompe la
clasificación tradicional y desde entonces ya no se considera necesario seguir
estrictamente los géneros preestablecidos dando lugar al hibridismo que hace
imposible una sistematización rígida.
Aun
así, también hay que tener en cuenta que, la ruptura con las normas se dio en
muchos autores de todos los tiempos y esa postura literaria supuso una
avanzadilla de originalidad. Recuerden a Fernando de Rojas con la Celestina,
novela dialogada; o a Lope de Vega que funde la comedia y la comedia. Mucho más
reciente, Juan Ramón Jiménez tratará la
lírica en prosa…
Con
todo, podemos definir los géneros
literarios como aquellos modelos estructurales que permiten crear, clasificar y
agrupar los textos literarios.
2. EL GÉNERO LÍRICO
El
género lírico está formado por obras en las que el autor expresa de forma
subjetiva sus ideas y sentimientos más íntimos y personales: la melancolía, el
amor, la muerte, la soledad, la alegría, la pasión… En su forma habitual, los
textos líricos se conocen con le nombre de poemas, de manera que lírica y poesía se consideran sinónimos.
La
lírica, junto con la épica, es el origen de la literatura en todas las
culturas. Desde Platón se define como el género que transmite el mundo interior
del poeta, la literatura no mimética, aquella que no imita a la realidad,
frente a la épica o el drama.
Las
reflexiones sobre la creación poética también ha sido objeto de numerosas
interpretaciones y consideraciones. En este sentido hay se han distinguido a lo
largo de la historia dos modelos de poetas: el poeta como artífice y el poeta
como sujeto creativo demiúrgico.
-
El poeta artífice produce su obra a partir de sus capacidades y destrezas para
la convertir sus creaciones en ejercicios en los que se domina una técnica de
creación poética. El momento culmen de esta concepción fue el Neoclasicismo.
-
El poeta demiúrgico ya lo considera Aristóteles. El poeta es un trasgresor, un
privilegiado capaz de expresar una realidad alejada del concepto de mimesis.
Esta idea floreció en otras épocas culturales, en el Barroco pero sobre toso en
el Romanticismo cuando surge el concepto de inspiración, capacidad innata para
la creatividad y la originalidad. Desde entonces el poeta goza de esa dimensión
trascendental para la creación sin menoscabo del dominio de la lengua y sus
recursos expresivos.
2.1. CARACTERÍSTICAS
GENERALES DEL GÉNERO LÍRICO
a)
Empleo intensivo de la función poética: se emplean un elevado
número de figuras estilísticas. El poeta a veces nombra lo innombrable, lo
insondable, lo inefable, por eso su uso
del lenguaje dista del común y explora mecanismos que le posibiliten expresar la experiencia personal.
b)
Presencia de la función expresiva: En la lírica se
manifiestan los sentimientos, visiones y emociones del poeta. Se convierte así
en el vehículo de transmisión de la intimidad, de las experiencias más
personales y subjetivas, a través de la evocación, la alusión, la connotación.
c)
Concentración y brevedad: El poema se centra en un sentimiento, en una
emoción o en un asunto concreto, por eso se evita la dispersión y predomina la
condensación.
d)
Escasa presencia de elementos narrativos: Consecuencia de lo
anterior es que las alusiones al tiempo y al espacio son meros soportes del
poema o poseen valores simbólicos.
e)
Uso mayoritario del verso: Sin ser exclusivo de la lírica ni ser la
única posibilidad, normalmente el género lírico utiliza el verso como cauce de
expresión. El empleo de la versificación se justifica por la sonoridad que
otorga al texto, por el esfuerzo de condensación que exige al poeta y por su
capacidad para estilizar el lenguaje.
f)
Ritmo y musicalidad: Se consigue mediante la repetición de sonidos, la
distribución de pausas y acentos, las secuencias sintácticas o sonoras, etc. En
un principio la lírica surgió para ser cantada acompañada por instrumentos
musicales.
g)
Variedad de temas, formas y tonos: en la lírica caben los
temas más diversos (amor, dolor, soledad, compromiso social…), formas muy
dispares (verso estrófico o libre) y gran variedad de tonos (irónico, satírico,
reflexivo, comprometido, filosófico…)
2.2. PRINCIPALES SUBGÉNEROS
LÍRICOS
- LA ELEGÍA. El autor expresa su dolor
por la muerte de un ser querido o una circunstancia desagradable. Suelen
contener elegios del difunto e increpaciones a la muerte. Elegía a Ramón Sijé
de Miguel Hernández; Llanto po la muerte de Ignacio Sánchez Mejías de Federico
García Lorca.
- LA ÉGLOGA. El poeta expresa sus
sentimientos en boca de pastores en un paisaje natural idealizado. Se puso de
moda en el Renacimiento. Las más conocidas son las églogas de Gracilazo. El
género se ha revitalizado en espacios urbanos: es el caso de Égloga de los dos
rascacielos de Luis García Montero.
- LA ODA. Poema de extensión
variable y tono elevado que ensalza sentimientos, personas hechos. Destacaron
el el siglo XX las Odas elementales de Pablo Neruda.
- EL HIMNO. Poema que honra a una
persona destacada, celebra un suceso memorable o expresa júbilo o entusiasmo.
Igualmente se usa para expresar sentimientos e ideales de una colectividad.
- LA SÁTIRA. Poema burlesco en el que
se censuran o ridiculizan vicios, defectos o comportamientos individuales o
sociales.
- LAS CANCIONES. Desde muy antiguo el
género ha estado asociado a la música. Las canciones abarcan muchos temas y
tonos distintos: canciones populares, trovadorescas, amorosas.
- EL SONETO. Es quizás el poema
estrófico más utilizado de la historia de la literatura occidental desde que
surge en el siglo XIII en Italia. Dos cuartetos y dos tercetos que condensan el
asunto desde un inicio hasta el cierre. Rubén Darío lo llamó “Templo de catorce
columnas”.
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