Como estudiamos en el tema de los géneros literarios, la lírica,
junto con la épica, es el origen de la literatura en todas las culturas y ya
Platón la definió como el género que transmite el mundo interior del
poeta, la literatura no mimética, aquella que no imita a la realidad, frente a
la épica o el drama. Esta característica es lo que confiere a los textos
poéticos su complejidad a la hora de analizarla, pues es en la lírica donde el
lenguaje literario se configura en toda sus posibilidades creativas para un
texto que se aleja de lo objetivo en el afán o necesidad de, incluso, buscar lo
absoluto de la Belleza, la Verdad, la Eternidad…
¿Qué es la poesía? Es imposible acaparar el universo poético en
una definición teórica y pragmática de manual. Al concepto de lírica, de
poesía, nos acercaremos a
través de la competencia lectora poética y de la capacidad, mucho más intuitiva
y sensitiva que teórica, de captar la sutileza, la impresión, la sugerencia,
las sensaciones y evocaciones que nos produce un poema, sin pretender descubrir
la razón última del texto poético, eso es algo que solo compartirá el
autor-a.
Leer es disfrutar, pero a nosotros se nos exige un nivel de
análisis a partir de la lectura donde tenemos que demostrar dos cosas:
competencia lectora para descifrar y competencia en contenidos curriculares que
aplicar al análisis.
Para hacer este ejercicio os voy a proporcionar unas pautas
generales, teniendo en cuenta que comentar no es seguir una plantilla y que la
mejor manera de redactar comentarios originales y sustanciosos es leyendo
modelos y haciendo prácticas.
1. LECTURA ATENTA DEL TEXTO.
2. LOCALIZACIÓN: sitúa el texto dentro de la obra a la que
pertenece, y ésta dentro de la trayectoria del escritor. Emplaza al autor en el movimiento
literario concreto de su época.
3. DETERMINACIÓN DEL TEMA. Indica el tema del texto, que debe recoger la idea
central. Recuerda que el tema debe resumirse de manera concisa y sencilla.
4. DETERMINACIÓN DE LA ESTRUCTURA. Delimita la
estructura interna del texto, indicando los apartados del mismo según los temas
específicos (o subtemas) que en él se desarrollen, y que no tienen por qué
coincidir necesariamente con la división en estrofas. Lo importante es que el
criterio quede claro y muestre la evolución del tema principal en el texto.
5. ANÁLISIS DE LA FORMA PARTIENDO DEL TEMA. Teniendo en
cuenta la estructura interna que has delimitado en el apartado anterior,
procura ahora localizar en el texto los recursos estilísticos que sobresalgan y
coméntalos en relación al tema (nunca deben aparecer como una relación de
figuras estilísticas sin que aportes nada al comentario). En el análisis de la
forma también pueden ser relevantes aspectos léxicos o gramaticales: el tipo de
vocabulario, las formas verbales, los pronombres… Una vez que tengas
determinados estos rasgos, redacta de manera coherente y clara de qué manera
crees que contribuyen a afianzar y darle fuerza expresiva tanto al subtema de
cada apartado como, sobre todo, al tema principal del texto.
6. CONCLUSIÓN. Haz un balance o síntesis de tus
observaciones, reduciéndolas a sus líneas más generales. Conviene contrastar de
forma breve lo que dice el autor y lo que quiere decir. Redacta tu impresión
personal, teniendo en cuenta en todo momento que ésta debe ser sincera, modesta
y firme. Trata de huir de clichés y de fórmulas hechas o demasiado generales,
así como de la pedantería o la ignorancia. Lo interesante es siempre tratar de
enjuiciar el texto por el interés que pueda tener.
No delimites en el comentario estos apartados, elabora una
redacción coherente y cohesionada, estos pasos son una guía, NUNCA una
plantilla a rellenar con teoría que no guarde relación estrecha con el
texto.
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