viernes, 15 de julio de 2016

EL PADRINAZGO DE CORLEONE II

[...]
Oh, il Sud è stanco di trascinare morti 
in riva alle paludi di malaria,
è stanco di solitudine, stanco di catene,
è stanco nella sua bocca 
delle bestemmie di tutte le razze 
che hanno urlato morte con l’eco dei suoi pozzi, 
che hanno bevuto il sangue del suo cuore.
 [...].

De "Lamento per il sud". Salvatore Cuasimodo

Oh, el Sur está cansado de arrastrar muertos
a la orilla de las ciénagas de malaria,
está cansado de soledad, cansado de cadenas,
está cansado en su boca
de las blasfemias de todas las razas
que han gritado muerte con el eco de sus pozos, 
que han bebido la sangre de su corazón.

Leyendo el poema "Lamento por el sur" del siciliano Salvatore Cuasimono, Nobel de Literatura (1959),  se viene a la mente la sentencia de su paisano isleño, Leonardo Sciascia: 


"Los tiempos felices en la humanidad 
son las páginas vacías de la historia".


Y es que, por mucho que las mentes y los espíritus que sirven a los ideales optimistas y recreen en el ocio episodios que redimen y reconcilian al género humano con su pasado incluso ficcional (el caso de mi propuesta en la anterior entrada en la que don Vito Corleone brindaba en su pueblo siciliano con un vino libre de mafia), cuando se enfoca a la realidad o la realidad te sacude se te caen los palos del sombrajo y no tienes más remedio que asentir al juicio del narrador siciliano, un hombre que se quedó en la isla para enseñarnos las vísceras de su tierra como Cuasimodo nos muestra las del yo lírico con la misma atadura y consonancia. 

Narración y Poesía nos colocan en el lugar de la tragedia, de la desilusión y de la frustración de los que se quedaron en la isla mientras ya triunfaban todos los que brillaron en América como actores, músicos, deportistas, políticos e intelectuales, o gente común de las que sus noticias no llegarían por el papel couché. La nómina es larga, y entre ellos el mismo Coppola o estos dos figuras de origen siciliano para quienes ya la isla habría pasado a ser recuerdo de  las raíces nostálgicas y folclóricas de sus progenitores.



Los veranos son tiempos de compatibilidades de recreo y telediarios, por eso, además de para escuchar las secuelas italianas de Sinatra y Marti, también para recuperar a Leonardo Sciascia y reivindicar, de paso,  su valentía. 

Enraizado en el terruño del interior de Sicilia y en la lava petrificada del Etna, nadie como el siciliano supo transmitir la profundidad de la realidad de su tierra porque creció con ella y la hizo literatura visionaria. Lo que están viviendo en las costas de la isla viene a corroborar la esencia de mafia tal como la interpreta Sciascia. Para él la Honorata Societá no era únicamente las operaciones criminales y extorsionadoras que uno ve en las películas con el máximo realismo, crudeza o estética romántica, también lo era todo ese cuerpo abstracto y soterrado vinculado a la corrupción del Estado, capos y a la gente del pueblo que se ha amamantado con el sistema cuya ética es el "todo vale". Tan cual lo es hoy, tiempos en los que la mafia no es patrimonio de Sicilia, y aunque en este mundo globalizado las mafias tienes apellidos oriundos de nacionalidades y etnias, sus tentáculos se entrelazan internacionalmente porque las une su fundamento: el lucro despiadado y desprovisto de las mínimas dosis de ética. 

Si uno-a ve este documento cinematográfico basado en el relato de Sciascia Il lungo viagio,  incluido en la obra  Il mare colore del vino, siente que el progreso económico, técnico y científico ya tiene color o se imprime o filma en 3D, pero en el mismo blanco y negro de la moral de las "honorables sociedades" que acogen y en las miserables sociedades que trafican.



Spoiler: En él el escritor italiano relata la historia de un grupo de humildes campesinos de Sicilia que, después de vender todas sus pertenencias, son recogidos en una playa desierta por el barco de un tal señor Melfa que los va a llevar a la soñada América donde esperan encontrar una vida mejor que les permita hacerse ricos y regresar con los “billetes metidos sin cuidado en los bolsillos del pantalón, sacados a puñados”, como vieron hacer a los parientes que regresaron de allí con la barriga llena y las mejillas rojas y bien lustrosas. El barco llega y, ya en él, los campesinos sicilianos se internan en el mar mirando con temor al horizonte y con melancolía la isla que abandonan, quién sabe si para siempre. Por las noches, miran las estrellas que les recuerdan a las de su isla, y ni el miedo ni la incertidumbre les puede más que el deseo de prosperar y las ganas de huir del hambre. Por fin, una noche, el capitán del barco les dice que se preparen, que están llegando a Estados Unidos. Cuando desembarcan descubran con sorpresa que están en la misma isla que dejaron hace días y no en el país al que querían llegar y para lo que pagaron una elevada suma al capitán del barco, que ya ha desaparecido.


LA MAFIA DE LAS MIGRACIONES






Costas y puerto de Siracusa, tierra natal de Cuasimodo.



Sciascia escribió de su amada Sicilia inaugurando la exploración profunda de la mafia en la literatura de una manera en la que destacó sus aspectos negativos y positivos verazmente por incluir y tratar en sus obras la exploración profunda de la Mafia, insisto, no sólo como una entidad concreta, sino trascendiendo desde lo local siciliano a la idea de corrupción aplicable en todas partes para escribir sobre las preocupaciones éticas y morales de la sociedad. Más tarde la eligió para escribir sólo de asuntos contemporáneos, como el asesinato de Aldo Moro.Por su trabajo, Sciascia fue proclamado un gran crítico de Italia y de la sociedad moderna, del ineficiente y corrupto sistema de la justicia y de la Iglesia que encontró en el escritor a uno de sus críticos más letales, al que no pudo enfrentarse ni defenderse,  sólo escribirlo y retirarse.



Leonardo Sciascia

Sciascia se quedó en la isla, "Un pueblo indeciblemente triste al que estoy ligado por trabajo y también por afecto”, mezcla de desencanto y orgullo que inspiraron cientos de tramas erigidas sobre autos judiciales, atestados policiales, viejas leyendas y corruptelas varias, sin renunciar a la verdad sabedor de las palabras mayores sobre las que escribía. 

La mafia como protagonista y antagonista que trasciende hasta la mafia de hoy más allá de sus nacionalidades o etnias, la de las barcazas abarrotadas de emigrantes/ refugiados, la mafia que sale a flote por los que llegan a las orillas vivos o arrojados por las mareas a las playas, la mafia que transita por los pasillos tierra de nadie entre Turquía, Siria, Afganistán o desde la pobreza y las guerras de África. Las mafias sin nombre propio que empeñan a los pasajeros en los lugares de orígenes, y contraen ganancias con las mafias de los puertos de destino en donde muy legalmente se fabrican chalecos salvavidas y zodiaks de ínfima calidad y cuyos asalariados esperan en los puertos para vender botellas de agua, bocadillos, tarjetas de móviles o ropa de abrigo a precios “mafiosus” (término que en el dialecto siciliano se utiliza cotidianamente para expresar que el producto tiene un precio desorbitado y abusivo). Por eso el cortometraje Il lungo viagio es un documento intemporal.


Hoy es un día triste y quizás tendremos que decir que todos somos culpables, que Occidente maltrató por intereses a estos pueblos que desembarcan para vivir mejor o para que algunos de sus descendientes nos hagan la vida imposible, porque donde no se crece con las palabras libertad, democracia y derecho o estas palabras se manipularon y violaron mafiosamente hasta perder el sentido, hasta beber vino libre de mafia de Sicilia es invertir una cuota en la mafia que surgirá mañana si solo se busca calmar el hambre de estómago. 

Aun así, la mafia y la tristeza del día por lo ocurrido en otra ciudad del Mediterráneo se liberan por este viaje individual con cosas halagüeñas como estas. La reciente muerte del último gran capo de la mafia siciliana, Bernardo El Provenzano, por cuyos crímenes la sociedad italiana reaccionó y pidió justicia como no lo había hecho antes tras los asesinatos del juez Falcone, su esposa y cinco de sus escoltas, y estas  dos películas basadas en textos de Sciascia, ambas de Elio Petri, A ciascuno il suo (1967) y Todo modo (1976), que las dejo para el otoño porque las condiciones de conectividad no favorecen ni a mí me van a perdonar en otoño las horas de sol y playa cedidas a Rodmania, pero son prometedoras por los textos en los que se basan, los intérpretes y sus bandas sonoras. Y el brindis idealista con ese vino rosso de Corleone que le ofrecía a don Vito en la anterior entrada, definitivamente con y para todos los "patrocinadores" que salen en esta entrada de realidades líricas, narrativas, fílmicas, y barcazas, aunque fuera más feliz aquel con Brando-Corleone por eso de que, "Los tiempos felices en la humanidad son las páginas vacías de la historia". 











lunes, 11 de julio de 2016

EL PADRINAZGO DE CORLEONE I

Sicilia, como otros "sures" de la cuenca del Mediterráneo, fue región de extrema pobreza, y como toda zona víctima de la falta de inversiones y atención que va a engrosar los índices de la segunda o tercera velocidad de desarrollo con respecto a las próximas, es más vulnerable a las cicatrices que dejan los períodos de crisis, durante los cuales, muchos de sus moradores, como remedio in extremis, se atreven a poner tierra, mares  u océanos de por medio en busca de un futuro más prometedor. 



En Italia, sobre todo en el sur y más particularmente en Sicilia, desde que Américo Vespucio le puso nombre al continente (1507) y Giovanni da Verrazzno se convirtiera en  el primer explorador europeo que cruzó el puerto de la actual Nueva York buscando un paso hacia la India (1528), oleadas de emigrantes se sucederán en los puertos americanos. Desde que la isla fuera despensa de Roma, su economía se sostuvo en la agricultura bajo los mismo patrones del feudalismo medieval hasta más allá de la reunificación de Italia. Las grandes extensiones de tierra pasaron de los señores feudales a manos de la Iglesia y la aristocracia y todos estos propietarios compartían la secular tradición de invertir los réditos de las explotaciones agrícolas en la adquisición de bienes  antes que en invertir en la mejora de los cultivos para aumentar sus rendimientos y la mejora de las condiciones laborales. 

Como los campesinos, arrieros, cabreros, molineros o panaderos de la isla  solo se tenían a ellos mismos, se inventaron un sistema de autoprotección familiar contra los abusos de los terratenientes para mitigar las injusticias de autoridades y dueños de turno de los latifundios, a lo que llamarían MAFIA. Poco a poco, y como la isla estaba dejada por la mano de dios de todos los gobiernos, a través de prácticas delictivas, estos grupos "heredaron" los latifundios". Pero habría sicilianos más tontos  y otros que no tenían ni un pelo te tontos, y los primeros no tendrían tantas habilidades sociales para los favores, pues estos avisados de la mafia se vistieron con los mismos ropajes que los anteriores dueños de las tierras y si no eras de la familia fetén, pues a tomar por saco.

Fueron estas circunstancias las que arrastró a salir con lo puesto a una masa de campesinado siciliano en diferentes oleadas con los ojos puestos en la amplitud del mar y el pensamiento ilusionado  en hacer  l´América a lo ancho y a los largo.





Las oleadas más numerosas hacia EEUU se dieron entre 1900 y 1925 y a partir de entonces se conforma  la comunidad siciliana como un subgrupo dentro de la italoamericana en ciudades principales, y como allí los que llegaban también se encontraron desprotegidos, entre la tarantela, el bruccellato, los cannoli siciliani y la caponata  sacaron también del petate la ancestral costumbre de los negocios familiares dando lugar a lo que se conoce como La Cosa Nostra, que en el caldo de cultivo del cínico sistema de favores y recompensas en un medio con mucha proyección y pasta, encuentra el terreno ideal para prodigar el lucro con transacciones ilegales y el blanqueo a través de negocios de lo más saludables. 


Una de las primeras familias de mafiosos de EEUU


Por el morbo que suscita todo lo poderoso y oscuro, a través de la literatura, pero sobre por todo el cine,  conocimos el sistema  con historias de gánsteres y capos. Pero de entre toda la vasta filmografía sobresale una película que convirtió a la clase mafiosa en un mito y a sus personajes e historias en referentes que traspasaron la ficción de la novela de Mario Puzo a la real tangibilidad en el imaginario colectivo por la maestría de Francis Ford Coppola que la coloca en el pódium de la historia del cine y Vito Corleone sustituyó a Al Capone como estereotipo del capo italoamericano gracias a la poderosa interpretación de Marlon Brando.

Realismo e idealismo es una dicotomía por la que se identifica el tratamiento del género por los autores (como en el western), y la película de Coppola es un modelo de combinación de dosis perfectas de romanticismo y pragmatismo, y de idealismo y naturalismo ético y estético, y en las entrañas del guión de El Padrino se encuentra la frase de don Vito Corleone en la que se asienta la propuesta de esta entrada.

Entre toda la dosis de violencia, mugre y putrefacción, el espíritu romántico y a la vez pragmático de Corleone se hace evidente cuando Marlon Brando dice a los muchachos que lo de la cosa de las drogas se lo dejasen a los animales, refiriéndose a los negros.

El capo con esa propuesta registra esa porción de romanticismo y pragmatismo impensable (amén del evidente racismo) en la filosofía de los negocios mafiosos. Pero por estas paradojas y la seductora y fina línea entre el bien y del mal, y la de la ética y la estética, igualmente seductora, de la pose mafiosa, El Padrino, Vito Corleone, es en el imaginario un ente épico real y con esta frase sacada del guión de la película intento ensanchar los horizontes del mito del cine y del topónimo de una pequeña ciudad siciliana. 





Resulta que en la ciudad de Corleone (Sicilia) hay un padrino de “animales”, de negros.  Si  don Vito levantara la cabeza, vería cómo el estado de derecho confiscó hace veinticuatro años las tierras que dejó atrás para sus parientes y con las oleadas de inmigrantes y refugiados que llegan a las costas sicilianas poner en marchas un proyecto inédito y esperanzador. Con fondos europeos, las administraciones y cooperantes de Sicilia desarrollan el PROYECTO DRAGO (Development Resources Agricultural Growth Organic). Tras proporcionar asilo a los inmigrantes, reciben formación para cultivar estas tierras y a través de cooperativas producir, aceite, cereal, vino o verduras, en cuyos etiquetados se imprime  “libres de mafia”. Junto al techo y a la comida, reciben 600 euros mensuales. 



Si don Vito levantara la cabeza y viera las tierras que dejó para que la familia oriunda se las cuidase están sembradas de viñedos que hoy producen vino rosso etiquetado con la frase “libre de mafia”, ¿mandaría a sus descendientes isleños a invadir esos cultivos con cabras, como hacen los habitantes de Corleone que siguen vinculados a la Cosa Nostra en un intento de hacer valer su “derecho” de propiedad marcando el territorio con la sisa de los cultivos que ingieren los herbívoros y la estela de su tránsito intestinal? ¡Qué mamarrachos! ¿O volvería a decir:


 “dejad eso para los negros?

Yo nunca voy a traicionar a mi romanticismo, así que se conoce mi idílica respuesta.

Los negros que viven y cultivan las tierra de Corleone no tienen ni idea de quién era Toto Riina ni nunca oyeron hablar de Bernardo El Provenzano, pero todos conocen a don Vito y Plácido Rizzoto, el nombre de la marca del vino rosso en honor al sindicalista que defendió la causa de los campesinos contra la mafia, que fue secuestrado, asesinado y desmembrado en 1948.



¿Cómo se quedaría don Vito Corleone al entrar en la tierra de sus ancestros? Se encontraría, además de con los senegaleses, malienses, ghanienses en sus fincas, con una piara de turistas que hacen caso a las guías de viajes y acuden a esta ciudad ávidos de fotografiarse junto con vestigios de Vito y Coppola como si fueran a un parque temático de El Padrino. 




Pues quizás hiciera lo que nosotros haremos, pasaremos por Corleone en nuestro viaje, pero como no vamos por paquete turístico de agencia y yo me he encargado, por gusto, de rebuscar toda esta interesantísima información que enriquecerá el viaje a costa de que mi moreno no sea tan intenso a estas alturas del mes de julio, nos tomaremos uno de esos vinos de viñas cultivadas en tierras libres de mafia en alguna terraza de Corleone, donde hoy, más que a la voz bronca y rota de Marlon Brando, suena a la banda sonora de Nino Rota.


¡SALUTE GODFATHER!










miércoles, 6 de julio de 2016

EL CONTAGIO Y LA VACUNA DE LA TARANTELA SICILIANA


Una tradición verdadera no es testimonio de un pasado caduco;
 es fuerza viva que anima e informa el presente. 
Lejos de implicar la repetición de lo que fue, 
la tradición supone la realidad de lo que perdura.
Un patrimonio que se recibe a condición de hacerlo fructificar."

                          Igor Stravinsky, Poética musical. París, 1952.

Y así pasamos a la música tradicional siciliana, aquella que en cualquier cultura representa a todos los miembros de la comunidad, que surge lejos de la autoría pero que, los que se sienten miembros de esas colectividades, firman para la imtemporalidad comunitaria y la elevan a la categoría de "clásica" para pasar a ser músicas tradicionales entre el "academicismo" de individualidades y pueblos.

Toda música tradicional está ligada a la danza, al baile como exteriorización corporal de emociones y sentimientos, es una manera ancestral de relacionarse para la diversión, la catarsis o la creatividad. La expresión más contagiosa quizás porque en su base está el seguimiento del ritmo, y el ritmo todos lo llevamos dentro aunque sea solo para mover el pulso. 

Y este pulso ancestral, popular, tradicional, comunitario, espontáneo o academicista en Sicilia es

LA TARANTELA.

Si hay una música y su danza cuyos orígenes estén en la pelea por mantener los latidos vitales de los individuos de una comunidad es esta.

Sus orígenes se remontan a la función curativa de la música y la danza, en concreto a superar los efectos de una picadura que puede llegar a ser mortal, la de la tarántula. La superchería y las creencias de la sociedad primera que la engendró, le otorgaba este poder al ritmo increcendo de la música que debía seguir el picado hasta expulsar el veneno del insecto por el tiempo en movimiento y el sudor. Solo el ritmo de la tarantela era capaz de exhortizar los efectos de la picadura del insecto y así, las personas que la sufrían, antes de recurrir al curandero, incluso a los posteriores médicos, llamaban a violinistas, guitarristas y pandereteros para que agitasen la música y a su ritmo sacudirse el cuerpo.



El valor medicinal de la danza se hunde en la prehistoria y la tarantela parece una superviviente de estos bailes sanadores. Esta costumbre tan ancestral y enraizada en algunos pueblos del mediterráneo se le conoce con el nombre de tarantismo, e historiarlo  ha sido uno de los objetos de antropólogos. Remito a este documental  de Gian Franco Mingozzi, (1962), realizado bajo la supervisión científica del antropólogo Ernesto de Martino, y con los comentarios del poeta Salvatore Quasimodo para conocer esta práctica.






Pero, como si tirásemos del hilo, las culturas de este mundo cabrían en los dedos de una mano y a partir de ellas todas las que hoy se puedan registrar, por la tarantela se bosqueja un  largo y rico recorrido que llega hasta nuestra península puenteando el Mediterráneo.

Curiosamente, hasta en regiones como Castilla-La Mancha, Extremadura, Baleares, Andalucía y Aragón se ha reproducido este baile con el mismo fin terapéutico hasta los últimos testimonios recientes en Alcalá de Guadaíara (Sevilla), Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), pero sobre todo en Fraga (Huesca). Y es precisamente en esta región, en Aragón, donde su música y su danza más tradicional está enraizada en Sicilia, en la tarantela, y de ahí esta costumbre. 

No tengo más remedio que confesar que al conocer este dato yo misma he experimentado la sacudida tarantinesca al ritmo de Pulp Fiction...

El vínculo entre la tarantela y la jota aragonesa se reconoce en los intercambios culturales que se dieron durante la presencia aragonesa en el sur de Italia. Cuando los sicilianos expulsan a los franceses tras Las vísperas sicilianas, invitan a Pedro el Grande de Aragón a reivindicar los derechos sucesorios de su esposa  Constanza II de Sicilia heredera de la dinastía normanda. Con el rey aragonés, Sicilia se independiza de Nápoles y se constituye el reino de Sicilia. 

No parece descabellado defender estos vínculos, ya más que estudiados y documentados. "Jota" proceder del árabe «xotah» (saltar rítmicamente),  las similitudes rítmicas y de atuendos, y el arraigo de la costumbre de vencer el veneno de este bicho con una jota más rápida que la tradicional en el Alto Aragón, parecen más que evidentes antecedentes de La Dolores. 



Sin opinión propia, no sea que me meta en camisa de once varas, dejo estos dos vídeos en los que el mismo cuerpo de baile del Igor Moiseyev Ballet interpreta las dos danzas para que se valoren similitudes y diferencias. 







Quizás la más evidente singularidad entre una y otra danza está en la presencia del refajo, la altura del dobladillo o los colores de faldas y chalecos. Sí, sí me mojo: la principal diferencia está en la idiosincracia ortodoxa de la jota, que se aferra a su indumentaria como seña de identidad y a la evolución hacia la complejidad académica de sus pasos. Pero esto empieza a ser objeto de la irremediable renovación. Y en ese desatar de esta "pureza" a la jota, se ha interesado el bailarín zaragozano Miguel Ángel Berna, que baila la jota clásica como dios pero intenta dejar atrás la inmovilidad academicista recuperando la espontaneidad, el significado de este baile popular, su valor terapéutico y el de su propio sentido para los seres de hoy. Breña ha venido ha "tarantelizar" la jota, rejuveneciéndola, alegrándola a la vista vistiendo a los danzantes de una forma mucho más favorecedora. Aquí con el gran Bretón lo muestra. 



Me imagino que estas apuestas habrán abierto una polémica entre los puristas y los renovadores como sucedió con el flamenco cuando Camarón de la Isla y Paco de Lucía lanzaron La leyenda del tiempoAquí una propuesta de fusión y renovación del bailarín maño que está triunfando en los escenarios con este espectáculo, "Mediterráneo", con el que abre Aragón al mar y recrea las músicas que han influenciado a la jota,  incluyendo por supuesto a la tarantela. Yo desde aquí le deseo éxito en sus propósitos.




Pero si de prescindir radicalmente del refajo y de arremangarse para lucir piernas se trata, también tenemos una graciosa picadura de araña en el sur, la Tarantela sevillana de nuestra Carmen en La Maestranza  es el mejor ejemplo de que esta música fue un antídoto perfecto del régimen franquista por su terapéutica función...






Y como todas las músicas populares que se precien, la tarantela pasó por el pentagrama de los más ilustres. Con esta filosofía introducía la entrada.  El Romanticismo, más que ninguna otra escuela, invitaba a la picadura ancestral para mantener y recrear los latidos vitales, y muchos compositores se ocuparon de componer al ritmo de la tarantela importantes piezas musicales. Entre otros, Franz Schubert, Franz Liszt, Serguéi Rajmáninov,  Chaikovski, Chopin y, cómo no, el compositor italiano que contagia como nadie la alegría irresistible de la música y de la pulsión de vida:


Gioachino Rossini 






Es la octava canción de la colección Les soirées musicales (1830-1835). La letra la compuso el conde Carlo Pepoli y en ella se inspiró Chopín para la suya .

 Rossini firmará con La danza de la tarantela la imtemporalidad comunitaria, la elevó a la categoría de "clásica" y así pasó a ser música tradicional académica para las individualidades y comunidades.

Por si quieren cantarla y bailarla.


Già la luna è in mezzo al mare, 
mamma mia, si salterà! 
L'ora è bella per danzare, 
chi è in amor non mancherà.
Già la luna è in mezzo al mare,
mamma mia, si salterà!
L'ora è bella per danzare,
chi è in amor non mancherà....

Mamma mia, mamma mia,
già la luna è in mezzo al mare,
mamma mia, mamma mia,
mamma mia, si salterà.
Frinche, frinche, frinche,
frinche, frinche, frinche,
mamma mia, si salterà.
Frinche, frinche, frinche,
frinche, frinche, frinche,
mamma mia, si salterà.




La ra la laaaaa 


la ra la la ra la la…

miércoles, 29 de junio de 2016

LA VENDETTA DE VERDI


Desde la prehistoria siciliana, la isla es la memoria del mundo mediterráneo. Fenicios, cartagineses, griegos, romanos, bizantinos, árabes, normandos, aragoneses... la conquistaron, la poblaron, crearon sus ciudades y sus puertos siempre en miras de su geoestratégico enclave militar y comercial, y la fueron imprimiendo de esa vocación identitaria entre isla y continente. Pero como son tantos los episodios de su historia, he elegido para traer a Rodmania el que pasó de ser historia a ser ópera cuando Verdi tararearía en tarantela siciliana lo que se entonaba aquí con esos tanguillos de Cádiz.
 se hacen las sicilianas tirabuzones


Giuseppe Verdi:
 Las vísperas sicilianas (1855)

Los franceses desembarcaron en la Isla de Sicilia apuntando estilo propio: expoliando todo lo que encontraban a su paso y sobrecargando de pesados tributos a los lugareños. Iban de parte del Papa para poner fin al período más glorioso del Reino de Sicilia que bajo corona normanda proyectó a la isla como uno de los principales focos comerciales y culturales entre el Oriente bizantino, el África musulmana y el impero católico. En 1265  llega Carlos de Anjou apoyado por Roma creyendo que su tiranía, altanería e insolencia de sus soldados iban a campar a sus años por mucho tiempo. Veinte años, que en aquella era suponía un pispás, duraron aquí los franceses. 


Francesco Hayez: I Vespri Siciliani, 1844 - 46.

Era el 30 de marzo de 1282 y las campanas de las iglesias de Palermo llamaban al oficio de vísperas, cuando un levantamiento del pueblo de esta milenaria ciudad masacró a la guarnición francesa acantonada intramuros. En perfecta coordinación, una multitud de ávidos ciudadanos sedientos de sangre rápida y sin muchas preguntas se apostaron en las inmediaciones de los dos fuertes en los que los relajados francos zascandileaban relajadamente mientras retozaban en las reconfortantes aguas mediterráneas. Cerca de dos mil uniformados galos desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos a manos de la enfurecida turbamulta.


I Vespri Siciliani de Doménico Morelli 1859

Es una historia de historias, en este artículo sobre el estudio del acontecimiento que llevó a cabo el historiador Sir Steven Ruciman se puede conocer su magnitud. Entresaco estas líneas: 

«La historia de la matanza de los franceses el 30 de marzo de 1282 […] es importante no por tratarse de un drama aislado de conspiradores y asesinos, ni por ser precisamente un episodio de la épica tragedia de Sicilia y sus opresores. La matanza fue uno de esos acontecimientos de la historia que alteran el destino de naciones e instituciones mundiales. [...]". 




Michele Rapisardi, I vespri siciliani, 1864-1865


Pues casi seis siglos más tarde de este acontecimiento, después de la trilogía popular: 'Rigoletto' (1851), 'Il trovatore' (1853) y 'La Traviata' (1853), Verdi, que ya vive con un pie en Italia y otro en Francia, recibe el encargo de la Ópera de París de componer una obra en cinco actos para la Exposición Universal que se celebró en 1855 en la capital francesa.

¿Y con qué tema agasajaría Verdi a los ilustres franceses? Poniéndole delante a ellos mismos en Sicilia en un grand spectacle. Gran número de personajes, decorados espectaculares, ballet y actos festivos, abundante participación del coro, al tiempo que las escenas íntimas y sentimientos conmovedores donde late el corazón de Verdi para la historia entre la duquesa siciliana que, afligida por la muerte de su hermano en manos de las tropas francesas, le promete a Arrigo que se casará con él si mata al gobernador francés Guido di Monforte. Los planes se complican cuando Monforte y Arrigo descubren que son padre e hijo y Giovanni da Procida, médico y patriota siciliano regresa a Sicilia, con un objetivo: expulsar a los franceses de la isla. Conspiraciones, venganza, traiciones, fiesta y revolución, fuerza y delicadeza, conflictos paterno-filiales y amorosos, conquistadores y libertadores... en una ópera que para James Conlon, actual director de la ópera de Los Angeles "Tiene mucho del Verdi joven pero anuncia lo que será Verdi en su madurez" y afirma que "Si 'Las vísperas sicilianas' fuera la única ópera de Giuseppe Verdi, se consideraría una obra maestra. Pero es porque comparamos a Verdi con Verdi, que ocupa un lugar distinto en la jerarquía". 

Como ni las óperas sobre historias y leyendas del pasado muy lejano se desapegan de su tiempo ni de su público, Verdi sumó con ésta otra interpretación del sentir del pueblo italiano contemporáneo. Agregaba al juicio de Nabuco como alusión a la oposición al gobierno austriaco en el norte de Italia, el de aquella ocupación abusiva de los franceses en Sicilia cuyo agravio quedó saldado, entre otras piezas, con aquellas que sobresalen entre los cinco actos: la overtura, las árias de Porcida y Helena, y un ballet que incluyó a regañadientes pero con él complacía las peticiones de los franceses que ovacionaron el estreno de la ópera. 


¡Qué grandiosa manera de saldar los agravios históricos
 para siempre!


¡VIVA VERDI!










lunes, 20 de junio de 2016

VERANO DE ISLA A ISLA





Cuando emprendas tu viaje a Itaca 
pide que el camino sea largo, 
lleno de aventuras, lleno de experiencias. 
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes 
ni al colérico Poseidón, 
seres tales jamás hallarás en tu camino, 
si tu pensar es elevado, si selecta 
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo. 
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes 
ni al salvaje Poseidón encontrarás, 
si no los llevas dentro de tu alma, 
si no los yergue tu alma ante ti. 
Pide que el camino sea largo. 
Que muchas sean las mañanas de verano 
en que llegues -¡con qué placer y alegría!- 
a puertos nunca vistos antes. [...]

                De Ítaca, Constantino Cavafis       


Se inaugura el verano, y aunque aun no han comenzado las vacaciones, ya hace un tiempo que inicié el viaje veraniego. A la preparación le sigue la única fase del viaje en que no te cansas, porque aun estás fuera del ajetreo de horarios, rutas, contratiempos o debates sobre planes inmediatos.  Es esta etapa entusiasta y sedentaria la que se convierte ahora en acicate para Rodmania.

En la etapa de veranos sin aeropuertos ni maletas después de aquella de grandes y largos viajes, siempre tuve en la mente que el retorno al billetaje sería con destino a Sicilia, más que para viajar en el sentido de descubrir, para hacer una visita po decir  "tenía ganas de conocerte en persona". 

Así que en Rodmania voy a ir recreando esas cosas materiales e inmateriales por las que a lo largo de tantos años convirtieron a esta isla en una especie de amor platónico que se abasteció de materiales de suma belleza e importancia. Consideren la colección de entradas veraniegas como la manifestación de eros, philia, y sobre todo, agapé siciliano que sirve Rodmania en la mesa. 

Todos nos situamos en la tierra italiana más meridional, en esa isla mediterránea bañada por tres mares cuyo nombre se lo pusieron los griegos para denominar literalmente a la "tierra del higo (kike) y del olivo (èlaia)", frutos abundantes y preciados a los que se debe el calificativo más conocido de "tierra de la abundancia". Isla centro del Mediterráneo, puente entre Europa y África, tierra de contrastes y con un vastísimo patrimonio cultural y sentimental que legaron los muchos y variopintos pueblos que la habitaron y fraguaron sus habitantes durante milenios, proyectada en todas las artes clásicas y modernas. Y entre todos esos generosos y execentes elementos que encierra este triángulo terráqueo de solidificación magmática, hay que ubicar el origen de la indumentaria femenina por execelencia en verano:
el bikini. 

Así lo atestiguan los mosaicos encontrados en una villa patricia romana que ilustra la portada de Rodmamia. Se trata de Villa de Cassale, desde 1997  Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.  Esta obra ornamental es el más evidente ejemplo del temprano uso de la prenda de dos piezas con la que las atletas, que llegarían a ser personas admiradas y por eso quedaron inmortalizadas con trofeos y laurel, entrenaban y competían. Pugilistas féminas de la época que cubrían sus partes pudendas con unas tiras de cuero que facilitaran  los movimientos . Es en el material donde radica la diferencia funcional de la vestimenta con el atuendo actual. Aquellos no fueron concebidos para el baño, aunque también pueden estar en el origen del fetichismo sexual que imprimen las prendas minimalistas de cuero compitiendo ahora con el látex.


Así surgió el venerado dos piezas. Pero hasta desterrar la idea de que el bikini ya no encerrara la validez de la decencia o la indecencia de sus portadoras, o se vinculara a la actividad deportiva más que como finalidad para lucirlo mejor (como es mi caso), pasaron siglos, casi milenios. 

No sé cómo llamarían las sicilianas romanas a esta prenda deportiva, pero debería tener el término alguna relación metonímica con "cuero", con ese trozo de piel curtida de animal, elástico y resistente, como una segunda piel que se ciñera a las carnes de las deportistas. Se llamase como se llamase, el término moderno también es de creación femenina y evoca a "expansión", "exaltación", "bombazo". El estilista Louis Réard, no dudó en adoptar la llamarada intuitiva del vocablo que utilizó la primera modelo que posaría para la revolucionaria propuesta de moda de baño´1946 del francés. 
Micheline Bernardini, le dijo al creador:  " Esto va a ser más explosivo que la bomba de Bikini".





A partir de ese momento, "los cuerpos" del celuloide lo democratizaron para toda la humanidad femenina que ansiaba reconciliar su cuerpo con el sol, el agua y las miradas.

Brigitte Bardot , “Y dios creó a la mujer” (1957).



En “007 contra el Doctor no” (1962), fue Ursula Andress quien lució su famoso bikini con cinturón y machete.





Sue Lyon cuando Kubrick la hizo “Lolita” (1962).


Rachel Welch en “Hace un millón de años” (1966), que vino a decir que el bikini sería del Paleolítico por lo menos. 




Pero mientras que el bikini causaba furor en América y en la Europa con menos prejuicios, en los países mediterráneos, las mujeres debían enfundarse en los bañadores de una pieza de piqué o punto con falditas y escote alto, como alimento a la imaginación del castrado imaginario moral, social y político de estas latitudes. Pero vino con vocación de permanencia, eso sí, cada vez más chico y divisorio, aunque no por ello parece anunciar su extinción al menos en las playas que baña el mar más nuestro, porque va ligado al gusto por la estética del aderezo y a la calidad del porte, cualidades netamente mediterráneas. 


El germen del bikini es el primer contenido en esta colección siciliana. Al fin y al cabo, este espacio también surgió como por fruto de higuera..., vistiendo un dos piezas y con esa idea de territorialidad isleña mediterránea como seña de identidad propia. Sean bienvenid@s a este viaje de isla a Isla. 



sábado, 28 de mayo de 2016

JAPÓN, UN APELLIDO ANDALUZ



Es cierto que somos jugadores de las cartas de nuestro destino, pero hay cosas que están en el designio de las estrellas o más certeramente en el arte de la carambola que se deja hacer. Cada año cuando registro las peticiones siento que he barajado las cartas a conciencia y que las deposito para que las juegue el destino en el terreno de la fortuna con la premisa del "vaya usted a saber".


En los últimos años de amortizaciones de plazas por aumento de carga horaria y recortes, el destino terminó la partida donde la empezamos: "te quedas en el mismo lugar", pero esta vez ha jugado una partida ganadora porque las variables son tantas que es muy difícil que te favorezca en todos los parámetros juntos: distancia, localidad, centro y vínculos personales. Cuando salió la plaza provisional puse en la portada a este samurai como talismán de un sol naciente que atrajera la consolidación del designio hasta que se confirmara como definitiva la provisionalidad. Y como así ha sido, esta entrada era un compromiso adquirido con este personaje, el samurai de Coria del Río, mi próximo destino.


Podría ir en lancha motora de embarcadero a embarcadero bordeando la misma orilla del Guadalquivir a esta localidad ubicada en la frontera entre el Aljarafe y las Marismas, recorriendo la arteria fluvial por la que llegaron los fenicios que la nombraron Kavra (cerro), que se consolidó en época cartaginesa y romana por su actividad comercial y pesquera, añadiendo la alfarera en época musulmana, actividades que aun hoy día perduran. Cuando se conquista para la cristiandad, se repuebla con catalanes por cuestiones de herencia ¿?, y para rematar este crisol de culturas no se puede olvidar la curiosa y relevante presencia de la nipona. Ya digo, botes de alegría y celebraciones he dado por este destino tan cercano y mestizo dejando atrás uno tan distante y endogámico de culturas que nunca llegarán a fundirse. 


La huella romana en la latinización del topónimo y las ruinas de la antigua villa que están en el cerro donde se alza el centro al que he sido adscrita; la musulmana en los hornos que hoy siguen dando ladrillos tradicionales y en el diseño de la vivienda de Blas Infante, La Casa de la Alegría, donde vivió con su familia hasta su detención y fusilamiento en 1936, una casa que hoy es baluarte del sentimiento andalucista que arraigó en este pueblo y que por eso lo gobiernan los únicos compañeros que, aunque sin unas siglas que llevarse a la boca, sobrevivieron al proyecto político que sembró Infante por sus destinos laborales. El traslado también me conduce al reencuentro con esta gente admirable por su vocación de servicio público honesto, gestión eficaz y capacidad de resistencia. Junto a esto, los albures en adobo, la feria de septiembre y su hermandad señera en la romería del Rocío, hay que mencionar la huella nipona que se rastrea en la historia de un apellido, un nombre de pila que se transmitió de padres a hijos y que encontraré entre los listados de mis próximos alumnos y alumnas:


 Japón.


Hay que buscar su origen en la escala que hace en Coria del Río el samurai Hasekura Rokuemon Tsunenaga (支倉六右衛門常長) en misión diplomática al servicio del señor de Sendai, Date Masamune,  cuya finalidad era sellar un acuerdo comercial con la corona española que posibilitara las transacciones entre la isla del Pacífico y Las Américas. Después de haber recorrido el Pacífico  y el Atlántico desde Nueva España, en 1614 Hasekura penetra en en la Península por Sanlúcar de Barrameda  y recala en estas orillas del Guagalquivir junto con unos doscientos hombres. Antes de seguir la ruta terrestre de Sevilla a Madrid, con necesidad de repostar y descansar del largísimo viaje, se asientan más de lo previsto en Coria.





El tiempo necesario para que partiera de este puerto fluvial bautizado como Felipe Francisco de Fachicura y su tripulación dejara la estela de una prole de ojos rasgados. El enclave invitó al descanso de estos hombres que se entregaron a la pesca de albures y a dejar constancia de que los japoneses de entonces no eran tan raros como los de ahora, cuyo desinterés por el sexo preocupa al gobierno nipón.  


Entonces esto no era así, por lo que la escala, además de generosa fue muy fértil. Las corianas tuvieron a sus niños y niñas y como sus padres tenían nombres tan raros, imposibles de pronunciar y mucho menos escribir, los inscribieron en las partidas bautismales con el sobrenombre de Japón para hacer constar que no eran de cualquier parroquiano ribereño. Sino de seres muy singulares:






Total, que así es cómo en este pueblo hay hoy en día unos setecientos vecinos y vecinas que llevan este apellido formando parte de su historia.

Pero a pesar de la pasión con la que Japón trata desde hace tiempo a lo español y más concretamente al arte flamenco, este hecho era desconocido para el pueblo japonés, hasta que en 1989 el Ayuntamiento de Sevilla remitió a Sendai una de las cartas que trajera Hasekura y explicó el caso de los descendientes de los japoneses de Coria del Río. Los japoneses vieron el cielo abierto al sentir que tienen en este Sur que tanto admiran una casa, y con su peculiar estilo reverencial se dejaron caer por aquí para estrechar lazos de hermanamiento que cada vez son más estrechos y bilaterales. 






La misión que no pudo llevar a cabo el samurai Haseruka al no culminar con éxito el encuentro con Felipe III, que se niega al acuerdo debido a la represión que tenían los cristianos en la isla y que se ve también frustrada después del intento de tratar directamente el asunto con Pablo V en el Vaticano, resultó triunfante cuatro siglos después.


Para demostrar que esta historia es cierta, el Ministerio de Ciencia del país asiático financió un estudio de ADN para cotejar si quedan trazas genéticas que vinculen a algunos corianos que tengan el apellido Japón con los japoneses del noroeste del archipiélago, ya que de allí procedían Tsunenaga y sus hombres. Los científicos japoneses se desplazaron a éste que ya es mi pueblo para el experimento, que dio positivo, claro está.

La última visita ilustre es la de un descendiente de Hasekura al que el pueblo recibió entre honores. El hombre parece que desembarcó en Coria para responder de las paternidades que dejaron los expedicionarios que acompañaron a su antepasado y dar la cara por ellos. Aquí está el tío.




Este navegante samurai que preside la cabecera de Rodmania inspiró a un hispano-argentino maestro de la flauta shakuhachi japonesa el álbum “The Road of Hasekura Tsunenaga”. Sinceramente, es insufrible. Así que yo prefiero a los niños y niñas de Coria del Río cantando en japonés e irme familiarizando con esta prole.