domingo, 15 de octubre de 2017

EL RESUMEN (PRÁCTICAS)


TEXTO 1. 

LA DIETA

Al final de una buena comilona siempre hay alguien que lanza ritualmente este mantra: mañana sin falta me pongo a dieta. A continuación el glotón de turno, que acaba de zamparse un codillo o una fabada, en señal de arrepentimiento, pide el café con sacarina. En las copiosas y pesadas sobremesas se suele hablar mucho de dietas. Cada comensal aporta la suya: la de semillas de calabaza, la del melocotón, la del astronauta. Ante el firme propósito de adelgazar, alguien decide comer de todo y ayunar por completo un día a la semana, otro piensa en hacerse vegetariano. Estar gordo o flaco es solo cuestión de metabolismo, sentencia el sabiondo. En medio de la discusión dietética hay un punto de acuerdo: el único enemigo es la grasa del colesterol malo. Ahora bien, si este saludable deseo de limpieza se traslada de la barriga a la mente, es evidente que en este caso la grasa más perniciosa para el cerebro es esa sensación de que la política está podrida hasta la médula, el ambiente irrespirable creado por un escándalo diario, la asfixia moral que genera la corrupción. Mañana sin falta me pongo a dieta: esta necesidad de higiene mental se produce por hartazgo de la sobrecarga mediática repleta de titulares agobiantes, declaraciones estúpidas y chismorreo inane. Para limpiar el cerebro de esa basura también existen dietas muy variadas. Es recomendable pasar al menos un día a la semana sin periódicos, la radio y televisión apagadas, con la idea de que eres tú el único dueño de tu vida y elegir la dieta más conveniente, por ejemplo, unos versos de Safo, una sonata de Bach, un ensayo de Montaigne, el silencio en una playa desierta, el aire puro de alta montaña. Ese día descubrirás que el futuro no es tan negro, que no todo está perdido. Se trata, como la nave Rosetta, de salir a la caza de cualquier cometa que pase por delante de casa.

Manuel Vicent, El País, 16 de noviembre de 1014.
(Texto de la PAU 2104 - Andalucía)

RESUMEN

Al final de una comilona siempre hay alguien que expresa su decisión drástica de ponerse a dieta. Sin embargo, la dieta más necesaria es la informativa: los medios nos atiborran de información política, noticias agobiantes y chismorreos inútiles. Ante eso deberíamos pasar un día a la semana sin medios de comunicación social, haciéndonos dueños de nuestra vida mediante el disfruto del arte y la naturaleza. De esta forma veremos que el mundo no es tan negro. 

TEXTO 2

EL JARAMA

 Se miraban en torno circunspectos, recelosos del agua ennegrecida. Llegaba el ruido de la gente cercana y la música. 
—No está nada fría, ¿verdad? 
—Está la mar de apetitosa. 
Daba un poco de luna en lo alto de los árboles y llegaba de abajo el sosegado palabreo de las voces ocultas en lo negro del soto anochecido. Música limpia, de cristal, sonaba un poco más abajo, al ras del agua inmóvil del embalse. Sobre el espejo negro lucían ráfagas rasantes de luna y de bombillas. Aquí en lo oscuro, sentían correr el río por la piel de sus cuerpos, como un fluido y enorme y silencioso animal acariciante. Estaban sumergidos hasta el tórax en su lisa carrera. Paulina se había rugido a la cintura de su novio. 
—¡Qué gusto de sentir el agua, como te pasa por el cuerpo! 
—¿Lo ves? No querías bañarte. 
—Me está sabiendo más rico que el de esta mañana. 
Sebas se estremeció. 
—Sí, pero ahora ya no es como antes, que te estabas todo el rato que querías. Ahora en seguida se queda uno frío y empieza a hacer tachuelas.
Miró Paulina detrás de Sebastián:  río arriba, la sombra del puente, los grandes arcos en tinieblas; ya una raya de revelaba el pretil y los ladrillos. Sebas estaba vuelto en el otro sentido. Sonaba la compuerta, aguas abajo, junto a las luces de los merenderos. Paulina se volvió. 
—Lucita. ¿Qué haces tú sola por ahí? Ven acá con nosotros, ¡Luci! 
—Si está ahí, ¿no la ves ahí delante? ¡Lucita! 
Calló en un sobresalto repentino. 
—¡¡Lucita...!! 
Se oía un débil debatirse en el agua, diez, quince metros más allá, y un hipo angosto, como un grito estrangulado en medio de un jadeo sofocado en borbollas. 
—¡Se ahoga...! ¡¡Lucita se ahoga!! ¡¡Sebastián!! ¡¡(¡grita, grita...!! 
Sebas quiso avanzar, pero las uñas de Paulina se clavaban en sus carnes, sujetándolo. 
—¡Tú, no!, ¡tú no, Sebastián! —le decía sordamente _ ¡tú, no; tú, no; tú, no...! 
Resonaron los gritos de ambos, pidiendo socorro, una y, otra vez, horadantes, acrecentados por el eco del agua. Se aglomeraban sombras en la orilla, con un revuelo de alarma y el vocerío. Ahí cerca, el pequeño remolino de opacas convulsiones de rotos sonidos laríngeos, se iba alejando lentamente hacia el embalse. Luego sonaron zambullidas; algunas voces preguntaban: «¿Por dónde, por dónde?» Ya se oían las brazadas de tres o cuatro nadadores, y palabras en el agua: «¡Vamos juntos, tú, Rafael, es peligroso acercarse uno solo! Resonaban muy claras las voces en el río. «¡Por aquí! ¡más arriba!, les indicaba Sebastián. Llegó ¡a voz de Tito desde la ribera: 
—¡ Sebastián! ¡Sebastián! 
Había entrado en el agua y venía saltando hacia ellos. Sebas se había desasido de Paulina y ya nadaba al encuentro de los otros. Le gritaba Paulina: «¡Ten cuidado! ¡Ten cuidado, por Dios!; se cogía la mandíbula con ambas manos. Todos estaban perplejos, en el agua, nadando de acá para allá, mirando a todas partes sobre la negra superficie, «¿Dónde está?, ¿no lo veis?, ¿lo veis vosotros?» Tito llegó hasta Paulina y ella se le abrazaba fuertemente. 

—¡Se ahoga Luci! —le dijo. 

Rafael Sánchez Ferlosio, El Jarama.

RESUMEN

Un grupo de amigos se bañan en el río Jarama. Se bañan en el río y expresan sus sensaciones mientras el narrador describe literariamente el entorno. De pronto, se percatan que falta una de las chicas se ahoga, y los demás tratan de salvarla pidiendo ayuda o lanzándose al agua a por ella. 

TEXTO 3

En publicidad, la exposición suele aparecer en anuncios escritos: probablemente a causa de  de su complejidad y "pesantez" es más difícil introducirlos en los orales de radio y televisión. Los anuncios explicativos adoptan un estilo pedagógico o científico y rechazan, aparentemente, la subjetividad y los recursos persuasivos que encontramos en otros modelos publicitarios.
Aunque en principio no parezca haber ninguna limitación al uso de la explicación, hay una mayor concentración de anuncios expositivos en los ámbitos referidos a coches, informática y medicamentos, así como en la publicidad "científica" de alimentos y productos de belleza, es decir, en el ámbito de todos aquellos productos cuya publicidad se basa habitualmente en la enumeración y demostración de sus prestaciones y propiedades y en el aval de los especialistas, por medio de redactados "objetivamente convincentes" que se oponen al estilo "sugerente" de la mayoría de los anuncios. 

M. BASSOLS Y A, M. TORRENT: Modelos textuales. Teoría y práctica. 

RESUMEN

Los anuncios explicativos, aquellos que se basan en las propiedades de los productos, aparecen con mayor frecuencia de forma escrita para expresar de forma objetiva las propiedades de los productos cuyo componente esencial es la tecnología o la ciencia: coches, medicamentos, cosméticos... Es la forma de la persuación empleada frente a la sugerencia natural de los anuncios publicitarios. 

TEXTO 4

Creí ver un punto en el horizonte. [...] Dos minutos después de haberlo descubierto empecé a ver perfectamente su forma. A medida que se acercaba por el cielo luminoso y azul, lanzaba cegadores destellos metálicos.[...] Me dolía el cuello y ya no soportaba el resplandor del cielo en los ojos. Pero seguía mirándolo: era brillante, veloz, y venía directamente hacia la balsa.[...] Sentí una gran lucidez y una serenidad extraordinaria, de pie en la balsa, mientras el avión se acercaba. Calmadamente me quité la camisa. Tenía la sensación de que sabía cuál era el instante preciso en que debía empezar a hacer señas con la camisa en la mano, esperando a que el avión se acercara un poco más. Venía directamente hacia la balsa. [...]
Agité la camisa desesperadamente, durante cinco minutos por lo menos. Pero pronto me di cuenta de que me había equivocado: el avión no venía hacia la balsa.[...] De pie en la balsa, expuesto al sol ardiente, estuve mirando el punto negro, sin pensar en nada, hasta cuando se borró por completo en el horizonte.

Gabriel García Márquez: Relato de un naúfrago.

RESUMEN

La visión de un avión en el horizonte despierta la expectativa de un náufrago por su rescate que, pese a las condiciones, se siente seguro y espera el momento de hacer señales. Sin embargo, la esperanza que siente al creer que lo han divisado se torna en decepción cuando comprueba que todas sus señales para llamar la atención son infructuosas. El avión se convierte en un punto negro que se aleja y, por tanto, la esperanza se desvanece. 






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